Adrián Caetano vuelve a deslumbrar (actualmente se encuentra preparando "Sandro de América", una serie para la televisión sobre el cantautor, músico y compositor argentino Roberto Sanchez) y más allá que alguna película nos haya gustado más que otra, en esta ocasión vuelve a brillar. Aquí mezcla a la perfección el policial, el drama y el thriller. Todo se desarrolló en un pueblito y en una frase popular se hace realidad “Pueblo chico, infierno grande”. Llega al lugar Cetarti (Daniel Hendler, su trabajo merece un elogio) un hombre apocado, desocupado que debe reconocer los cadáveres de su madre y su hermano que fueron brutalmente asesinados y un hombre conocedor del lugar Duarte (Leonardo Sbaraglia, un gran trabajo actoral, brillante composición del personaje, su tono y aspecto físico. No es casual que recientemente recibió el premio al mejor actor en Málaga por esta actuación) lo acompaña, sabe hacer negocios, sin escrúpulos, un codicioso, ex represor, habilidoso, manejador, tramposo, conoce la vida de todos y aconseja a Cetarti, a Duarte lo único que le interesa es llevarse una buena suma de dinero. Dentro de los personajes secundarios que se destacan, se encuentran: Pablo Cedron, Ángela Molina, Alejandra Fletchner, Erasmo Olivera y Alian Devetac (“La tercera orilla”). Tiene buen suspenso, entretiene y posee buen ritmo, además aquí no hay romance, es un mundo negro, cruel, sucio reflejado a través de los bichos, chatarras y personas que subsisten a pesar de todo, las miserias humanas, se muestran las mujeres y seres indefensos maltratados. Contiene buenos planos, la música del destacado Iván Wyszogrod (“Juan y Eva”, “Francia”) y la maravillosa fotografía de Julián Apezteguía (“El clan”, “El ardor”).