El otro hijo (Le fils de l’autre) de la francesa Lorraine Lévy es un drama que trata sobre la familia y la identidad.
Los míos, los tuyos, los nuestros
Joseph (Jules Sitruk) tiene 18 años y vive con su familia en Tel Aviv. Está por enlistarse en el ejército cuando le hacen distintos análisis y descubren una incompatibilidad entre su sangre y la de sus padres, Orith (Emmanuelle Devos) y Alon. Joseph, con ese grupo sanguíneo, es imposible que sea hijo de sus padres. Los padres de las dos familias son citados en el hospital de Haifa, donde nació Joseph. El director del hospital les comunica que cuando nació Joseph, en plena guerra de Golfo, y entre la confusión de los bombardeos, fue intercambiado con otro bebé, Yacine. La familia de Joseph es judía y la de Yacine palestina. Orith y Leila (Areen Omari), madre del Yacine, serán quienes den el primer paso para adaptarse a esta nueva situación. Ambas familias deberán replantearse cuestiones como la identidad, costumbres y convicciones. ¿Joseph sigue siendo judío? ¿O Yacine ahora lo es? Estas son sólo algunas de los interrogantes que surgirán en las dos familias.
Esto con Los Simuladores no pasaba
el otro hijo2No pude evitar acordarme del capítulo de Los Simuladores de la familia judía y la familia católica, en el que los simuladores tienen la misión lograr el entendimiento y respeto entre ambas familias para que puedan aceptar la relación amorosa entre sus respectivos hijos. Creo que si hubieran estado Los Simuladores en este conflicto, lo hubieran resuelto en 40 minutos. Ojo, con esto no digo que se me haya hecho larga la película, todo lo contrario, me pareció muy entretenida. La película no sorprende (tampoco creo que lo busque), pero aporta una linda mirada sobre lo que implica dejar de lado las convicciones por un momento para buscar el entendimiento con el otro. Quizá el conflicto se resuelve un poco rápido, pero creo que la intención de la película es concentrarse en los puentes que se pueden tender entre familias con costumbres y valores tan distintos, y allí está lo interesante. Causa mucha ternura cómo los distintos integrantes de la familia buscan el vínculo con la otra familia. Las interpretaciones de los personajes de las dos familias son de muy buen nivel.
Conclusión
El otro hijo no propone nada nuevo, pero no deja de ser una película amena y disfrutable. Es un drama con algunos momentos graciosos y distendidos que ilustra con mucha habilidad los vínculos familiares y las relaciones humanas. El film es muy parejo en sus distintos aspectos y presenta personajes muy queribles que van de la mano de muy buenas interpretaciones por parte de los actores. El otro hijo aporta una mirada sincera e interesante sobre las relaciones humanas y la búsqueda del entendimiento con el otro.
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