Kaurismaki lo hace de nuevo. Tomando como partida la historia de dos seres que desean cambiar sus destinos, el realizador termina por construir un relato único y apasionante sobre las relaciones humanas.
Un refugiado clandestino, el reciente dueño de un restaurant que muta de nacionalidad todo el tiempo, y la música como vector, son sólo algunas de las sorpresas de esta última producción del realizador finlandés.