Juliette Binoche es una de las pocas actrices francesas contemporáneas que ha tenido la oportunidad de trabajar con grandes realizadores a lo largo de su carrera y que aún en el día de hoy lo sigue haciendo. Hou Hsiao-Hsien, Godard, Doillon, Malle, Kieslowski, Haneke, Cronenberg, Kiarostami, Dumont y Assayas, son algunos de los directores que la han elegido para sus películas.
Olivier Assayas le propuso a Binoche encarnar un papel donde la realidad y la ficción del actor se mezclen y dialoguen entre sí. Del Otro Lado del Éxito (Clouds of Sils Maria) habla precisamente de eso, de quién es la persona que está detrás del personaje y qué personaje crea el actor cuando está perdiendo su fama.
Juliette Binoche compone a María, una actriz que logró un renombre al interpretar un importante papel cuando era más joven y ahora es convocada para representar el rol de la antagonista en la misma obra. Las cuestiones por las cuales María acepta este desafío están más relacionadas con su ego que por la falta de contratos. Su asistente, Valentine (Kristen Stewart), es quién le muestra la existencia de otro tipo de cine, de ese que se realiza con grandes presupuestos y fondos verdes, en donde los actores son más conocidos por sus problemas de drogas y alcohol que por sus brillantes interpretaciones, y de este cine prefabricado proviene la actriz con la que trabajará.
Olivier Assayas actualiza el discurso de Persona.
Paradójicamente, el personaje de Valentine es interpretado por Kristen Stewart quién conoció la popularidad por andar entre vampiros y ahora intenta formarse como una buena actriz, como ya se ha visto en un rol similar -y con esto me refiero a su falta de matices- en Siempre Alice. En tanto, Chole Moretz es la intérprete que pone en vilo al personaje de Binoche, dejando en evidencia que está fuera del sistema y que ya no absorbe los flashes.
Assayas logra en El Otro Lado del Éxito jugar con las mismas máscaras que Bergman utilizó en Persona. Esa dualidad que proyecta el pasado y el presente en mínimos ambientes donde la representación se confunde con la realidad.