Las estrellas y sus complejas particularidades
La película se asienta en las dos obsesiones de su director Oliver Assayas, el paso del tiempo y el cine. Juliette Binoche interpreta a una actriz que, a raíz de un episodio fortuito, comienza a reflexionar sobre su carrera y su futuro.
Las horas del verano, Clean, Los destinos sentimentales e Irma Vep son sólo algunas de las películas de Olivier Assayas que abordan de manera directa o tangencial el paso del tiempo. El otro tema clave en la filmografía del director francés es su mirada sobre el cine, con Irma Vep como el ejemplo paradigmático.
El otro lado del éxito se asienta en estas dos obsesiones a partir de la historia de María Enders (Juliette Binoche), una actriz madura que viaja a Suiza junto a su asistente Val (Kristen Stewart) al homenaje que se le hará a un importante realizador. En pleno traslado llega la noticia que el director murió, lo que provoca que la Enders (el trato está ligado a su celebridad, un guiño a la propia Binoche considerada la Gran Dama del cine francés) comience a reflexionar sobre su carrera y el futuro, lo que la lleva a un estado de incertidumbre que bordea el hastío, que se profundiza cuando le llega la propuesta de una obra de teatro basada en una película que interpretó cuando tenía apenas 18 años -y que la instaló como una de las grandes promesas de la interpretación-, en un rol que la enfrentaba con una mujer madura y que desencadenaba una tragedia. Pero la idea de los productores es que en la adaptación, María tome el papel de la mujer mayor, mientras que el de la chica está reservado para Jo-Ann Ellis (Chloe Grace Moretz), una actriz hollywoodense con una relación tormentosa con los medios.
Ayudada por su secretaria Val, la protagonista avanza en los ensayos de la obra recluida en los Alpes suizos y así, se establece un interesante juego de espejos, primero en la relación entre ambas mujeres que se va profundizando en un camino en donde además de la atracción mutua se hace presente la diferencia de edad y la percepción que cada una de ellas tiene sobre el arte, la exposición pública y los medios. Pero además, Assayas confronta dos escuelas de actuación, de historia y de orígenes, en un duelo amable pero contundente Binoche vs. Stewart. Y para complejizar aun más el relato, suma a Moretz, que parece poder lidiar con su costado Lindsay Lohan y a la vez, certifica su talento frente a las cámaras. Como Enders, cuando tenía su edad.
Si bien es cierto que la puesta algunas veces es demasiado autoconciente a la hora de parodiar y mostrar las agachadas, inseguridades y el negocio de ese pequeño universo, El otro lado del éxito es una película que transita la reflexión cerebral, trágica y a la vez divertida, pero también ensaya una idea sobre el mundo femenino desde la perspectiva de un intelectual, que una vez más, da cuenta de que posee la herramientas y la sensibilidad para hacerlo.