Hay historias que, si bien cuentan un argumento profundo, su fuerte no está solamente en la trama, sino que están relatadas con una crudeza que nos llama la atención y condimenta la narración, dándole mucha fuerza. Logran retratar una forma de vida que caracteriza a los personajes. En “El otro verano” sucede esto. El largometraje cuenta una historia profunda en poco tiempo y se destaca por cómo nos la presenta en cuanto a su contexto. Los personajes transmiten una realidad que mezcla un pueblo de mala muerte cordobés con una estética que tenemos asociada al conurbano bonaerense.
Rodrigo administra unas cabañas en un pueblo cordobés bastante despoblado. Él es oriundo de allí y a sus 40 años no tiene familia más que su padre, es alcohólico y lleva un estilo de vida que está en el límite entre el de un hippie y el de un desdichado. Mientras está comenzando a arreglar las viviendas para la próxima temporada; aparece Juan, un adolescente de 17 años, que se está escapando de su vida en el Gran Buenos Aires buscando a su padre, de quien solo sabe que vive allí. Casualmente, se encuentran en la ruta y el chico empieza a trabajar en el arreglo de las cabañas, viviendo también en dicho lugar.
Centrando la narración en los conflictos internos del chico en su búsqueda; la película nos cuenta a la vez la relación de padrinazgo entre ambos hombres, donde el joven aprende de Rodrigo un estilo de vida y le enseña su pueblo, con distintos choques con los vecinos por la actitud del adolescente. A su vez, llega una familia de clase media alta a hospedarse en las cabañas. Juan se interesa por la hija única de la famila y comienza a establecer un vínculo romántico con ella.
La dirección de arte está muy bien lograda, componiendo de gran manera un escenario muy realista y crudo a la vez. Filmada en San Marcos Sierra, el film cuenta con unos paisajes y una ambientación muy interesantes. Los personajes están construidos también muy bien y sus interpretaciones son sorpresivas, principalmente la de Juan Ciancio, el protagonista.
En conclusión, “El otro verano” es un largometraje que está muy bien narrado, desde lo técnico, artístico y un guion interesante. Su fuerte está en contar con notable crudeza una historia profunda que mezcla diversos mundos sociales.