La trama se desarrolla bajo un paisaje paradisiaco que aporta la fotografía de Gustavo Biazzi (“La patota”; “Los dueños”) y en el medio del cual vamos observando la relación entre un hombre ermitaño, solitario, dueño de unas cabañas en San Marcos Sierra (Córdoba) y un adolescente llamado Juan (Juan Ciancio) que se instala en el lugar para conocer a ese hombre, acercarse a él y estrechar cierto vinculo con su padre, este último no lo sabe, pero no tardará en descubrirlo.
Bajo ese paisaje entre lo rural y lo turístico, estos seres intentan vincularse, el paisaje influye entre los personajes, entre silencios y distintas actividades, también van surgiendo cuestiones del pasado y en ese lugar Juan encontrará el amor (Malena Villa). Esta es una historia intimista y con varios conflictos a resolver.