Legado oscuro
Suspenso y terror de muy buena calidad es lo que tiene para ofrecer, ni más ni menos, este modesto film estadounidense de bajo presupuesto. El pacto no innova demasiado, dentro de claras y habituales reglas del género, pero sin embargo las reformula con un estilo depurado y verosímil, logrando una tensión apropiada al potente relato que está narrando. El film del debutante Nicholas McCarthy no apela prácticamente a efectos visuales, y sólo con miradas, planos muy expresivos y una edición punzante, logra mantener la atención durante todo su metraje, a la vez que impacta y asusta con buenas armas. Su película tampoco recurre –salvo uno o dos momentos muy breves– al gore o a lo gratuitamente sanguinolento.
Dos hermanas se enfrentan a un oscuro legado de su madre, recién fallecida. La casa de la mujer les trae recuerdos atormentadores, pero eso no es lo peor: una de ellas desaparece y la hija que queda deberá investigar su inexplicable falta, lo que traerá aparejado nefastos descubrimientos. Con una inquietante interpretación de Caity Lotz, bien acompañada por el reaparecido Casper Van Dien y Agnes Bruckner, más pequeños roles muy bien cubiertos, El pacto es un impecable ejercicio de estilo, que resulta en una sustanciosa propuesta de género.