"Secretos tras la puerta"
Sin contar con la ayuda de un gran presupuesto y actores reconocidos, Nicholas Mc Carthy ofrece en su primer largometraje una interesante y entretenida propuesta de suspenso con elementos sobrenaturales.
El mayor problema que deben atravesar producciones de este estilo es que, tratando de favorecer su distribución comercial, se las trate de vender como películas de un determinado género cuando, en realidad, distan demasiado de esa aspiración. Por eso aclaro antes de continuar que “El Pacto” no es un film de terror, aunque nos quieran convencer de lo contrario.
Mc Carthy expandió en su opera prima la idea del cortometraje homónimo que filmó hace unos años para contarnos una historia de desapariciones y misterios sobrenaturales dentro de una casa. Con tan solo eso, y un pequeño grupo de protagonistas, el director logra construir un thriller que por momentos es bastante atrapante y eficaz.
La bella actriz Caity Lotz es quien se carga sin demasiados inconvenientes toda la película en sus hombros, aportando a su personaje un factor clave para el correcto funcionamiento del relato: el escepticismo.
Alejándose completamente de uno de los clichés más estúpidos del cine, como ser el de la rapidez con la que los protagonistas se adaptan a una amenaza escalofriante y sobrenatural, nuestro personaje principal genera empatía con el espectador por ser, sobre todo, realista.
Por ese motivo veremos a nuestra protagonista huir a los gritos en más de una ocasión del lugar de los hechos y renegar hasta el hartazgo de los detalles sobrenaturales de las acciones en las que se ve involucrada, convirtiéndose así en una heroína bastante atípica para lo que es el cine de los últimos años.
No obstante, cuando Mc Carthy parece habernos sumergido totalmente en una historia de fantasmas de la que sus mismos personajes son escépticos, la película realiza un acertadísimo giro de 180° para no caer en los fatídicos lugares comunes y, arriesgándose demasiado, ingresa en un terreno más verosímil. No por eso menos espeluznante y tenebroso.
Razón por la que, los minutos que anteceden al clímax, no solo se convierten en lo mejor de la película sino también uno de los mejores momentos de suspenso que ofreció hasta aquí el año cinematográfico. Lo cual, obviamente, se agradece.
Imposible no recordar, gracias a toda esa secuencia, el desenlace de ese clásico del suspenso dirigido por Jonathan Demme llamado “El silencio de los inocentes”.
Claramente la intención de Mc Carthy (quien también firma el guión) fue homenajear esa clase de producciones que, desde hace mucho tiempo, escasean en la cartelera local. Y si bien lo logra con un producto que no es para alquilar balcones, el buen sabor de boca que deja “El Pacto” no merece discusión.