El realizador Martín Desalvo vuelve a hacer dupla junto a su mujer actriz, Mora Recalde, y esta vez apuesta a la comedia. Junto a los guionistas Alejo Flah y Agustina Gatto, retratan la historia de una mujer de treinta y tantos que empieza a sentir ganas y presión por convertirse en madre.
Eva tiene treinta y largos y la película comienza con una separación que la deja de nuevo soltera. Como su hermana no puede recibirla, vuelve a la casa de sus padres (hermosa interpretación de Horacio Fontova, al cual quisiéramos ver más). Y allí su preocupación mayor no será conseguir un nuevo lugar donde vivir (la verdad es que le resulta demasiado fácil esa parte) sino encontrar la manera de poder ser madre antes de que se le acabe el tiempo.
A partir de ese momento empiezan las peripecias para nuestra protagonista y alrededor de ellas se irá desplegando toda una galería de curiosos personajes. Porque el realizador que entregó películas como El día trajo la oscuridad y Las mantenidas sin sueños, acá se arriesga con una comedia de tono más mordaz e irónico.
Así, Eva deambula entre varios intentos de conquista, su ex, un alumno joven al que le enseña a tocar el bajo y el ginecólogo al que siempre le gustó, entre alguno más. Enfrascada en la idea de convertirse en madre, algo que empieza de manera ligera y, quizás porque siente que el reloj la corre, se convierte rápidamente en una obsesión, hay pocas cosas a su alrededor a las que le puede prestar atención. Incluso el sexo pasa a tener un solo propósito y no es, como debería ser, el del mero placer.
A nivel audiovisual, el film apuesta a una visión moderna y cool. Escenarios y vestuarios coloridos, “con onda”, junto a alguna escena musicalizada que parecen casi salida de un videoclip. En cuanto a las interpretaciones, los actores se desempeñan con soltura dentro del género, siendo Mora Recalde el corazón de la película, capaz de generar empatía incluso, a veces, a partir de escenas donde las actitudes de su personaje llegan a límites exasperantes.
Más allá de poner en foco un tema siempre vigente, por momentos cansa por lo reiterativo dentro de todo ese mundo caótico. Si bien hay una idea de exageración e ironía, molesta a veces tanto hincapié en la maternidad que desdibuja un montón de otras cosas dando vueltas a su alrededor. ¿Cómo alguien a quien se la ve, justamente, cool y moderna de repente es una mujer cuyo único objetivo en la vida parece ser el de poder tener un hijo?
La intención del director es clara y se evidencia aún más en esa resolución que, de todos modos, se sucede de manera bastante apresurada y repentina.