Predecible, obvia, intrascendente, la nueva colaboración de Liam Neeson con Jaume Collet-Serra termina por demostrar que la decisión del actor irlandés de dejar el cine de acción está justificada.
Aquello que en principio se mostraba como atractivo, la idea de un hombre que debe resolver un misterio en un tren en movimiento, termina por profundizar errores y hasta conflictos ideológicos sobre los pasajeros, con escenas inverosímiles, falta de resolución y hasta bleffs que potencian el descuido hacia el final. Para olvidar.