Perdidos en Buenos Aires
Esta primera película de Clara Picasso (otro de los jóvenes créditos surgidos de la FUC), que contó con producción de Manuel Ferrari (director de Cómo estar muerto / Como estar muerto) y con la actuación de Ignacio Rogers (intérprete fetiche de Ezequiel Acuña), narra con elegancia los días del pasante del título que trabaja en el turno noche de un laberíntico hotel cinco estrellas, no-lugar por cuyo lobby, salones, piscinas, pasillos y habitaciones se cruzan miles de historias.
El protagonista y la recepcionista (Ana Scannapieco) pretenden reconstruir una de esas historias mediante la interpretación de los movimientos de los personajes y los rastros que quedan en los cuartos. Un thriller minimalista (con un dejo lejano de Perdidos en Tokio) que fue bien recibido en la competencia argentina del último BAFICI y que hasta logró arrancarle varias carcajadas al público europeo durante su première mundial en el Festival de Rotterdam, pero que -más allá de ese detalle de color- constituye un interesantísimo debut.