Juegos a la hora de la siesta
¿En qué momento los adultos decidieron crear un complejo entramado de figuras horribles, espantosas, para asustar a los más pequeños y disuadirlos de jugar en horarios en los que supuestamente deberían descansar?
El Patalarga (2019) de Mercedes Moreira, recupera aquellas leyendas urbanas que circulaban entre niñes, y que además configuraban un enorme universo disciplinario que buscaba la quietud infantil en la siesta. El cuco, el viejo de la bolsa, el patalarga, nos atemorizaban para que nadie hiciera aquello que no se deseaba o se esperaba.
Moreira, hábilmente, trabaja con la idea de una pequeña ciudad, gobernada por Chanchurro, un inescrupuloso y corrupto alcalde, que nada tiene que envidiarle a la clase política actual, aquella que prefiere, cuando no, llenar sus bolsillos con dinero antes de escuchar a sus ciudadanos.
Un grupo de amigos verá cómo la tranquilidad de sus días se modifica con la revelación que el patalarga, es, en realidad, alguien que existe. De hacer bromas, mostrarse escépticos, y molestar al resto por su inocente creencia, a darse cuenta que sí existe, el relato configura su espacio para desarrollar la historia, una en la que posteriores revelaciones, alianzas entre personajes enfrentados, y, la certeza de que hay algo detrás de ese siniestro personaje que sirve para avanzar la historia.
Con belleza, y la técnica del cut out, Moreira construye escenarios, personajes, fondos, realistas y verosímiles y revela, en el cuidado proceso, detalles que para los espectadores más avezados y nostálgicos, disfruten y sorprendan.
La animación, el cuidado doblaje en intérpretes como Charo López, Fabio Posca, Inés Efron y Julián Lucero, entre otros, y su irreverente propuesta acorde a los tiempos que corren, terminan por construir una propuesta inteligente y reveladora, que deconstruye roles, géneros y discursos homogeneizadores y panfletarios.
En tiempos en los que una vez más se releen viejas caricaturas para denunciar su bajada de línea, por el contrario, esta película fresca, diferente y políticamente incorrecta, revela verdades sin eufemismos, se posiciona ideológicamente ante el mundo y propone desde lo lúdico herramientas para que cada espectador pueda deshacer esquemas y estereotipos.
Niños que utilizan vestimentas unisex, celestes y rosas sólo reservados para detalles de los escenarios, la denuncia de la construcción de campañas políticas y la revelación de su artificio en ellas, van cimentando las bases de la potente, entretenida y bella película, que además brinda una lectura de la realidad.
Film inteligente y honesto, que evita caer en lugares comunes, El Patalarga es un relato revelador sobre aquello que la animación local puede lograr en materia de propuesta discursiva, alejada de estructuras normalizadoras y centrales, que en el fondo, son aquellas que sirven para potenciar, empoderar y transmitirles libertad a les niñes.