El payaso del mal

Crítica de Facundo Fernández Roldán - Alta Peli

Kent es un agente de bienes raíces, un buen marido y un padre amoroso. Durante la fiesta de cumpleaños de su hijo, recibe la noticia de que el payaso contratado para el evento no podrá asistir, por lo que el propio Kent se encarga de hacer de payaso usando un disfraz que encuentra en un baúl dentro de una de las casas que tiene a la venta. El problema empezará cuando Kent descubra que lo que parecía un disfraz, no lo era.

El payaso Carambola

Una tendencia que parece no tener fin en nuestro país es la decisión de las distribuidoras de exhibir algunas cintas de terror mucho tiempo después de haber sido estrenadas en su país de origen –algunas son estrenadas luego de años–, el común denominador entre todas esas propuestas de estreno tardío es el hecho de que todas son de una calidad bastante dudosa, y El Payaso del Mal no es la excepción a la regla.

La idea original no es para nada mala: un padre decide hacer de payaso durante la fiesta de su hijo, usando un disfraz encontrado en una casa, el cual en realidad no era un disfraz sino la piel de un demonio que se alimentaba de niños. Si bien en los papeles suena medio ridículo, entre tantas historias sobre posesiones y brujas, la historia de un demonio payaso no resulta tan mala, y el origen histórico que se le intenta a dar al demonio protagonista es un buen toque. Lamentablemente la forma en que se plasmó la idea no es tan buena, por lo que a pesar de contar con un buen primer acto y un aceptable segundo acto, la cinta se cae a pedazos sobre el final, cayendo en los típicos clichés de las películas de terror actuales tirando por la borda todo lo construido.

El Payaso del Mal pertenece al género del terror, aunque no asuste demasiado, pero si llega a producir un ambiente de suspenso, por lo que como propuesta de terror falla estrepitosamente, aunque como suspenso no erra demasiado, un ejemplo de esto es el hecho de que al final, ya durante los créditos, la música infantil elegida produce más escalofríos que la propia cinta. Las actuaciones por momentos dejan bastante que desear, y cada vez que los protagonistas emiten algún grito, los alaridos parecen sacados de cualquier película pornográfica.

La música acompaña bastante bien, sobre todo durante los créditos. Lo más destacable de la cinta son los efectos especiales, y la transformación que paulatinamente va sufriendo el protagonista, recordando un poco a La Mosca, Sector 9, o a La Metamorfosis de Kafka. Lamentablemente el guion no ayudó demasiado en la propuesta, y la cinta logra apenas salir airosa gracias a la dirección de Jon Watts, director del reinicio de la próxima Spider-Man.

Conclusión

El Payaso del Mal es una cinta de terror que falla al no asustar absolutamente nada. Como si de una enfermedad se tratara, las películas de este género apenas si logran generar suspenso –algunas no cuentan con dicha fortuna–, y al menos esta propuesta cumple en ese apartado. La cinta se hace disfrutable gracias al pulso narrativo del director, y a los efectos especiales, aunque las actuaciones y el guion no ayudan demasiado. Recomendable solo para aquellos que no son muy exigentes con estas propuestas.