"Ese miedo inoxidable"
En un año para el olvido en materia de terror, esta opera prima que carece de originalidad resultó ser una de las pocas propuestas decentes y entretenidas que vale la pena recomendar a los más fanáticos del género.
“Clown” o “El payaso del mal” nació como un pequeño cortometraje de internet que, tras viralizarse, llegó a manos del inquieto realizador Eli Roth quien no tuvo mejor idea que darle financiamiento y forma al proyecto del desconocido Jon Watts. Así, junto con la ayuda del guionista Christopher Ford, Watts se sacó de la galera una película que básicamente explota al máximo la coulrofobia y las escenas sangrientas. No mucho más.
Así como las producciones de exorcismos posteriores a “El Exorcista” de William Friedkin tienen que cargar con el estigma de ser la sombra de una de las mejores películas de terror de la historia, algo similar ocurre con los films que tienen como protagonistas a payasos diabólicos o asesinos. En este rubro podemos seguir afirmando que “IT“, la minisierie televisiva basada en la novela de Stephen King, es una propuesta inoxidable e insuperable hasta la fecha.
Tim Curry como Pennywise continua siendo una verdadera pesadilla para grandes y chicos, ya que con tan solo una sonrisa o una mirada puede quitarte el sueño o incomodarte por un largo rato. Andy Powers, el protagonista de esta película, está lejísimos de lograr un efecto similar y solo logra incomodar a través de la violencia gráfica que acompaña cada una de sus apariciones como el payaso en cuestión.
Técnicamente la película es impecable y el trabajo realizado con el maquillaje como así también con los efectos especiales merece ser destacado porque en definitiva estamos frente a una propuesta independiente de muy bajo presupuesto que logra estar a la altura de las grandes producciones. Aunque si las comparamos con las más recientes, tranquilamente podemos decir que “El payaso del mal” es superior en este aspecto.
En definitiva, “Clown” es una propuesta chiquita y sencilla que entretiene y salpica sangre todo el tiempo. No busca asustar sino más bien incomodar. Eso también es terror, aunque no es aquel que genera entusiasmo y euforia en los seguidores acérrimos.
Habrá que seguir de cerca la carrera de Jon Watts ya que con su más reciente trabajo (“Cop Car“) logró llamar la atención de Marvel y a partir de eso se convirtió en el director de la nueva versión de Spiderman.