Escondidos en el cementerio
Los jóvenes siempre sintieron fascinación por los vampiros, quizás porque éstos tienen una sensibilidad más refinada que los mortales y una filosofía de vida ligada a la noche y a la pasión. Es por eso que, por ejemplo, muchas tribus urbanas adoptan algunas de sus marcas y características: la ropa negra, delineadores de ojos, raros peinados nuevos, devoción por los cementerios y por la palidez de lo mortuorio aún vivo.
El cine nunca fue ajeno al vampirismo y le dedicó muchos rollos de fílmico a través de los años. La animación es un género que también se vio afectado por el fenómeno y el estreno de El pequeño vampiro confirma una vez más el interés por los chupasangres (el dibujito que reactivó el interés por los descendientes de Drácula fue Hotel Transylvania).
La película dirigida por Richard Claus y Karsten Kiilerich, basada en las novelas de Ángela Sommer-Bodenburg, se centra justamente en el espíritu adolescente, y más juguetón, del asunto para contar una historia de amistad que tiene como eje a un clan de vampiros que vive en un cementerio de Transilvania y que de pronto se ve amenazado por unos despiadados cazavampiros.
La familia vampiro está a punto de celebrar el cumpleaños de Rudolph, el hijo menor que cumple, por tricentésima vez, 13 años. Por supuesto, no tarda en aparecer la familia de humanos que sufre un accidente en auto y que decide pasar la noche en un viejo y tenebroso hotel. Tampoco tardan en aparecer los villanos, dos cazavampiros tan malvados como inútiles, que cuentan con un arsenal sofisticado de vehículos y armas. La lucha entre vampiros y humanos queda establecida.
Esta coproducción íntegramente europea (Alemania, Holanda, Dinamarca e Inglaterra), si bien no cuenta con el humor efectivo de Hotel Transylvania, se destaca por su plástica, por su estética gótica y su look dark, que por momentos nos recuerda al universo animado de Tim Burton. El pequeño vampiro es visualmente agradable y sólida.
Pero este punto a favor se ve sofocado por la historia, que es trillada y un tanto cansadora, y que se nota que está basada en una fórmula, como si a los directores no les interesara apostar por la originalidad.
Es también una teen movie animada de vampiros, que brilla en el rubro técnico y en la simpatía de algunos personajes, como la vaca vampiro que vuela, y que sin articular una palabra despierta la risa del público.