La obsesión por el cuerpo de Felipe Gómez Aparicio
El premiado publicista debuta en el cine con un obscuro relato que combina la obsesión por el cuerpo, la identidad sexual, las relaciones filiales, el acoso y los límites del arte.
David (Mauricio Di Yorio) es un adolescente que cursa el último año del colegio secundario. Está obsesionado con su cuerpo y vive para entrenar. Su madre, Juana (Umbra Colombo), una reconocida artista plástica, es la causa de esa obsesión. Juana dedicó su vida a moldear cada uno de los músculos de David. La obra está lista. El hijo será la obra de arte que tanto tiempo le llevó terminar. Pero David duda de todo. De su cuerpo, de su sexualidad, de su madre, de sus amigos… La aparente armonía que parece reinar en su vida explota y ya nada volverá a ser igual.
La ópera prima de Felipe Gómez Aparicio, como el personaje protagónico, es una obra contenida, sutil, donde el cuerpo habla y las palabras sobran. La cámara sigue de manera casi voyeur cada uno de los torneados músculos. Por momentos tomando distancia, espiando sus entrenamientos, como lo hace David en el vestuario, mientras por otros momentos se le posa encima, captando cada detalle de un cuerpo tan perfecto como apagado.
En El perfecto David (2021), estrenada en el Festival de Tribeca, nada es explicito, todo está rodeado de aquello que no se dice, de una atmosfera agobiante, claustrofóbica, opaca. El homoerotismo es igual de constante que la tensión sexual entre madre e hijo, entre alumno y entrenador, entre compañeros. La misma que se respira en el gimnasio. Tensión que el realizador acompaña con una exquisita fotografía que provoca una sensación de inmersión. La edípica-incestuosa relación con la madre, la confusa identidad sexual, las relaciones con su entorno (colegio, gimnasio) todo es ambiguo y ahí es donde la historia gana. El espectador entra en el mismo mar de dudas y temores que acompañan al personaje.
El director, que se encuentra trabajando en la biopic del músico argentino Fito Paéz para Netflix, construye un apasionante relato de iniciación a través de una historia tan simple como compleja, que explora a través del mundo que rodea al fisiculturismo otros mundos, igual de exigentes, igual de perversos.