Una historia diferente con una trama tan graciosa como impredecible. “El perro samurai”, de Rob Minkoff y Mark Koetsier, se destaca entre otras películas de su género por mezclar los condimentos infalibles de cualquier producción infantil con un guión que se adecua a los tiempos actuales.
La película cuenta la historia de Hank, un perro con poca suerte que llega a un pueblo de gatos y tiene el desafío de convertirse en el protector de esa aldea con todo lo que eso conlleva: enfrentarse a los usurpadores y ganarse el cariño del resto que, por su naturaleza animal, no lo quieren.
A diferencia de cualquier otro film de mascotas, este resulta llamativo por presentar una trama muy distinta sin caer en el cliché.
Además, sorprende al utilizar refranes populares en las conversaciones de sus personajes y hasta lograr simular una interacción con el público. Hechos, entre otros, que consiguen mantener la atención del espectador -sea cual sea la edad- durante los poco más de 90 minutos que dura.
Con los recursos novedosos implementados y un interesante mensaje sobre la amistad, es una película que tiene potencial para convertirse en un éxito.