Ya se sabe: cuando no hay ideas, Hollywood va detrás de aquéllas que alguna vez funcionaron, especulando con que, si antes anduvieron bien con el público, ¿por qué no habría de suceder lo mismo unos cuántos años después?
Bueno, porque no siempre la fórmula rinde de la misma manera, aunque se trate de una película animada adaptando el guion de una comedia de Mel Brooks de 1974. Locuras en el Oeste (Blazing Saddles en el original) trataba sobre un político corrupto, que, para que un pueblito caiga en desgracia, nombraba a un sheriff inepto. Que ese personaje fuera afroamericano daba, hace casi medio siglo, otras connotaciones.
Pero nada de esto tiene la menor importancia o significado para los chicos que irán a ver ahora El perro samurai, la película animada, excepto que los chistes de doble sentido claramente ya no están. En esta versión sí hay varios gags sobre flatulencias, que parece que a los niños les resulta inmensamente divertidos.
El guion sigue siendo pavo y tremendamente sencillo. Lo que sí, a lo mejor, no todo el tiempo es extremadamente gracioso.
El propio Mel Brooks, a sus 96 años, se prestó para darle la voz a un personaje, un Shogun.
La cosa es así
Hank es un perro con la voz de Michael Cera, que nunca podrán escuchar, porque no hay versiones subtituladas en la Argentina, qué se le va a hacer, que es el reclutado para proteger el pueblo de gatos de Kakamucho. El villano de turno es otro felino, Ika Chu (Ricky Gervais). Hank es un samurai, pero con cero habilidad, que termina acudiendo a Jimbo (Samuel L. Jackson), quien ha sido un experto samurai, para que lo entrene.
Salvo que el chico que esté sentado en la platea del cine tenga 3 o 4 años, ya ha visto este tipo de aventuras, de la que Kung Fu Panda es solo un eslabón más.
Para los adultos quedan referencias más o menos fáciles de detectar a Amor sin barreras, Cats (obvio) y Mamma Mia!.
Rob Minkoff (El Rey León) es uno de los tres directores del filme, los otros dos debutan en la realización de un largometraje.
¿Es que está mal El perro samurai? No, para nada. ¿A los chicos les gustará? Probablemente. Pero los mayores no esperen una película a lo Toy Story, con algo como para recordar a la salida del cine: esta película, por más que es apta para todo público, por su contenido, no lo es tanto, en cuanto a su eficacia etaria.