Todo fan de Nicolas Cage sabe que su filmografía se divide en dos categorÍas que ofrecen propuestas muy diferentes entre sí. Por un lado están las películas "serias" donde el actor presenta interpretaciones más contenidas con personajes normales y se contrastan con la galerías de freaks que sobresalen en sus composiciones más excéntricas.
El peso del talento amagaba con ser un proyecto que celebraría al Cage de la segunda categoría pero terminó convertido en un film mucho más mainstream de lo esperado. En otras palabras, se trata de una opción digerible para un público que jamás en la vida disfrutaría odas bizarras como Mom and Dad, Mandy, Color Out of Space y muy especialmente Willy´s Wonderland y Prisoners of the Ghostland,
El director Tom Gomican tiene la intención de explotar la veta más excéntrica del protagonista pero se termina por contener demasiado y eso deriva en una propuesta genérica que busca llegar a un público más amplio. No es ninguna casualidad que este film pudo tener su estreno en los cines mientras que los títulos citados tuvieron problemas para conseguir una distribución internacional.
Los seguidores del actor la van a disfrutar y tiene sus momentos cómicos efectivos pero cuando corren los créditos finales en la pantalla queda la sensación que podría haber sido mucho más disparatada. La película por momentos funciona como una sátira del cine de Michael Bay y encuentra su mayor atractivo en la dupla que conforma Cage con Pedro Pascal. Las interacciones entre ellos brindan los momentos más divertidos dentro de una propuesta que en la segunda mitad se convierte en una comedia de acción mundana. En aquellos momentos donde el protagonista interactúa con fragmentos de su imaginación el film consigue aportar las escenas más inspiradas.
Sin embargo a la dirección de Gormican le faltó soltarse más en su excentricidad. Sobre todo para una propuesta donde Cage se interpreta a sí mismo y tiene la intención de divertirse con el perfil más alocado de su filmografía.
Cumple en materia de entretenimiento y le saca al público un par de risas (lo que no es poco), pero está lejos de ser la gran película que vendieron la reseñas exageradas.