Si a esta altura del partido hay que explicar porque Nicolas Cage es un genio de la actuación estamos en problemas. Su carrera, despareja pero apasionante, incluye más riesgos estéticos y límites actorales que la inmensa mayoría de sus contemporáneos. Trabajo con directores geniales en proyectos difíciles y con resultados sorprendentes. A quien no crea esto le aconsejo que vaya y revise su filmografía, porque hacerlo en esta nota llevaría demasiado tiempo. Pero sí es importante entender este mal entendido que hay alrededor de su carrera para poder disfrutar aún más de esa gran película que es El peso del talento (The Unbearable Weight of Massive Talent).
Aquí Nicolas Cage se interpreta a sí mismo e incluso habla con su engreído yo del pasado, tan eufórico e intenso como uno lo imaginaba. Muchos actores se han representado en la pantalla o se han reído de su propia imagen, pero acá hay algo sutilmente diferente. Si en este guión un actor cualquiera hubiera interpretado a una estrella ficticia, la película hubiera funcionado de forma muy semejante a como lo hace. Hay una historia bien construida detrás de esta comedia de acción donde Nicolas Cage termina siendo sin duda su mayor gancho. Que sea Cage le permite a la película jugar de otra manera. A lo largo de la trama se cita gran parte de su obra de forma feliz y luminosa, sin dejar nada afuera y festejando incluso películas muy despreciadas. Sin duda Contracara (Face Off, 1997) de John Woo la única que se destaca mucho más que el resto, sin duda hay un amor particular por esa película perfecta que Cage protagonizó junto a John Travolta.
Nicolas Cage tiene problemas con su carrera y una gran oportunidad que se le presente la arruina por hacerle una audición de prepo a un director fuera del casting. Con grandes deudas, a Nick Cage no le queda otra que aceptar una insólita propuesta que le ha traído su agente: viajar a España para asistir al cumpleaños de un multimillonario fanático del autor. Javi Rodriguez (Pedro Pascal) no solo desea conocerlo, también tiene un guión para ofrecerle. Desconfiado del evento, Cage llega al lugar con pocas ganas, pero resulta que Javi está siendo investigado y la CIA termina pidiéndole a Cage que los ayude con la investigación. El millonario no parece ser una mala persona, pero tal vez sea un criminal terrible. Así el verdadero Cage termina metido en lo que parece un guión de película.
Cage está impecable en su papel y Pedro Pascal es uno de los actores más sorprendentes de la actualidad. Juntos tienen una gran química y eso contribuye a que todo funcione. El guión no se excede en ninguna dirección y por supuesto demuestra un cariño gigante por Nicolas Cage. Su reivindicación es parte de la hermosura de la película, ligera, generosa y divertida a la vez. Una pequeña fiesta para festejar al actor. Alguien podría decir que en su regreso, pero como aclaran en la propia película: “No es que me haya ido a alguna parte”. Nicolas Cage siempre estuvo y sigue estando.