Zoe —Jennifer Lopez— es una mujer soltera que no se da permiso de enamorarse y comprometerse seriamente por razones que carga desde su infancia. Sin embargo, quiere una familia y por eso decide someterse a una inseminación artificial. Pero ese mismo día conoce a quien no tardará en conquistarla y convertirse en su pareja perfecta: Stan, encarnado por Alex O’Loughlin. A partir de allí, se desarrolla una historia que comienza al revés de lo recomendable en la vida real.
Si bien la idea no es descabellada sino más bien actual y muy posible, el film no pasa de ser una comedia que apenas despierta alguna sonrisa. El guión es bastante endeble y además, abundan las situaciones que rozan el ridículo. Ni los consejos de Mona, interpretada por Watkins (Grey’s Anatomy, Californication), que tratan de traer un poco de cable a tierra a los sentimientos y temores de su amiga Zoe, como tampoco la actuación de O’Loughlin (protagonista, entre otras, de la comedia australiana Oyster Farmer, que le valió dos premios como mejor actor) logran salvar el film. Es que Jennifer Lopez deja claro, durante todo la película, que lo que mejor sabe hacer es música y perfumes.
El Plan B es una comedia más, recomendable solamente para aquellos que necesitan pasar un rato mirando algo sin exigir absolutamente nada. Quienes gustan del buen cine, en cambio, se aburrirán casi desde el principio.