Un gran film. Combina el espectáculo, la ciencia ficción y el cine de aventuras. Pero va más allá: habla de la violencia, el liderazgo, la guerra y ese afán de dominio que sostiene a todos, hombres y monos. La primera hora es magnífica: tiene inventiva visual, diálogos precisos, personajes bien delineados, ritmo trepidante y una historia bien articulada, simple y contundente. El espectador está un rato al lado de los hombres y otro rato al lado los monos. Son dos batallones muy parecidos. Muestran ambiciones, miedos, recelos, pero también solidaridad y piedad. El encontronazo es inevitable. Es que los hombres y los monos saben que no hay acuerdos posibles cuando lo que está en juego es determinar quién es el dueño de las jaulas y dónde está el poder.