Festín para los fans del cine fantástico
En la saga original de "El planeta de los simios", luego de la primera película que protagonizaba Charlton Heston-, la mejor era la cuarta entrega, "La conquista del planeta de los simios", en la que el director J. Lee Thompson describía una cruenta rebelión de monos-esclavos destruyendo una sociedad humana totalitaria y de estética sumamente setentista.
En esta segunda entrega de la segunda saga hay elementos de esa película mezclados con cosas de la quinta y última de la saga anterior, "La batalla del planeta de los simios", pero también nuevos detalles argumentales, como que una gripe simia diezmó casi totalmente a la raza humana. Así es que, cuando empieza el film, los simios que viven en el bosque cazando otros animales, saben montar a caballo y mantienen una existencia tranquila bajo el liderazgo del mono sabio César (interpretado digitalmente por Andy Serkis, experto en la materia que se ocupó de Golum en "El Señor de los anillos") creen estar solos en el mundo.
Pero por supuesto siempre reaparecen los humanos, y siempre lo hacen con armas de fuego listas para ser disparadas. Es que los sobrevivientes de la ciudad de San Francisco necesitan arreglar una represa que se encuentra en territorio simio, aunque en realidad no tienen idea de la existencia de una sociedad de monos casi a las puertas de su ciudad.
A diferencia de su pueblo, César conoció buenos seres humanos, y si bien desconfía de las personas en general, cree poder confiar en uno de los líderes de la colonia humana (Jason Clarke). Pero por más buena voluntad que puedan tener ambos humanistas, en las dos sociedades hay demasiado odio e intolerancia como para evitar que las cosas exploten.
Obviamente ya desde el título local todo el argumento lleva a la confrontación entre simios y seres humanos. El guión está muy bien construido durante los momentos de tensión alrededor del arreglo de la represa, con un momento soberbio en el que César, haciendo una demostración de fuerza pero en son de paz, lleva sus tropas a la misma puerta de la colonia humana.
Cuando la violencia finalmente explota, es cuando el director Matt Reeves se luce, ya que la guerra entre simios montados a caballo y armados con ametralladoras contra humanos no tan preparados para el combate está llena de detalles cruentos realmente imaginativos desde lo visual, como por ejemplo un plano secuencia desde la torreta de un tanque de guerra.
Técnicamente superlativa, y con excelentes actuaciones (empezando por la del líder de los humanos, Gary Oldman, que como siempre quiere volarlo todo en pedazos) además de los notables efectos digitales que permiten la horda de monos, esta nueva entrega de "El planeta de los simios" tiene todo para el disfrute de los fans del cine fantástico.
Quizá lo único que faltó fue un buen 3D, y no se entiende para qué obligar al espectador a tener anteojitos durante dos horas de película si el relieve casi ni se nota.