La supervivencia de dos bandos
La secuela del éxito de 2011, ambientada diez años después, comienza cuando un virus aniquila la vida de millones de humanos mientras que la creciente comunidad simia liderada por César se refugia en el bosque Muir. El director Matt Reeves (Cloverfield y Déjame entrar) plasma un relato sobre la supervivencia en tiempos caóticos.
En el bando humano están Malcolm (Jason Clarke), un ex arquitecto que ha perdido a su esposa mientras cría a su hijo adolescente; su novia Ellie (Keri Russell), una enfermera, y Dreyfuss (Gary Oldman), el líder de la colonia humana que resiste en las ruinas del centro de San Francisco. El cruce con César (Andy Serkis) encenderá una ola de violencia que pone en jaque la confianza entre ambos bandos.
El planeta de los simios: Confrontación coloca a los personajes al borde de una guerra y lo interesante de la trama descansa en la ola de traiciones y en los focos rebeldes que se generan también en el interior de cada uno de los grupos. Quizás menos grandilocuente que su antecesora, este nuevo eslabón de la saga que comenzó en 1968 administra muy bien los resortes de la acción y los momentos emotivos, resaltando los valores de la familia y la lealtad.
Por su parte, el villano de la trama, Koba (Toby Kebbell), el chimpancé con cicatrices que fue carne de los experimentos realizados por humanos, está muy bien construído y dispara la historia hacia costados más violentos. A través de la técnica de captura de movimiento -que al igual que los simios de ficción evolucionó en los últimos años- las criaturas se ven más reales que nunca.
Entre el mundo idílico y amenazado que los monos levantan afuera de la ciudad, los progresos que experimentan en el lenguaje y un nuevo orden que se instala en el poder, la película dejará más que satisfechos a los seguidores de la saga y a la espera de una tercera entrega.