Monos contra humanos
Bastan los primeros planos de El planeta de los simios: Confrontación para demostrar que se trata de una película del lado de las buenas. Mientras que diferentes series de películas son una seguidilla de insultos cinematográficos (sí, hablo de Transformers, por ejemplo) acá la segunda parte de esta nueva saga resulta tan buena como la anterior. Han pasado diez años desde los sucesos que terminaron en el Golden Gate con un violento enfrentamiento entre simios y humanos. Caesar y los suyos se han instalado en el bosque y han progresado como sociedad de simios inteligentes. Mientras tanto, la epidemia que se inicia una década atrás, ha diezmado de forma terrible a la especie humana. La historia mantiene la coherencia y la lógica del primer film, así como también todos sus méritos estéticos. El director de esta secuela es Matt Reeves, director de dos grandes películas: Déjame entrar y Cloverfield. Los guionistas del primer film también se repiten, además de que vuelven a ser los productores. La suma de estos talentos sin duda mantiene el alto estándar de esta producción y nos trae una buena noticia: No todo el cine comercial en serie y las remakes tienen que ser malas. El planeta de los simios: Confrontación muestra una notable ambición de hacer todo bien en todos los rubros y a todo nivel. Aunque siguen varios de los temas del primer film, esta nueva película tiene todo un abanico nuevo. Para empezar hay que decir que los humanos pierden aquí el protagonismo, que queda del lado de César y su entorno. César se ha convertido en el líder de una nueva tribu, la primera de monos inteligentes. Esto conlleva toda una serie de problemas nuevos, conflictos de poder. César, cuyo nombre ya tiene suficientes connotaciones, tiene que enfrentarse a Koba, un simio que ha vivido toda su vida sufriendo torturas por parte de los humanos y que quiere la guerra contra ellos. Pero también su hijo, Blue Eyes, tiene dudas sobre las decisiones “humanistas” y pacíficas de su padre. Así que esta secuela, como corresponde, busca hablar sobre esa lucha, mientras hace lo propio, pero en menor medida, con los conflictos de los humanos. De todos los films que se hayan realizado a partir de la novela de Pierre Boullé escrita en 1963, este film y su antecesor directo son los mejores por mucho. Porque lograron, tecnología y talento mediante, que los personajes de los simios fueran completos, que no requirieran de un exceso de complicidad del espectador para identificarse con ellos más allá del maquillaje o los efectos. El impacto visual que tiene la historia, la realización y la narración que Matt Reeves, todo contribuye a que la decretada muerte del cine industrial quede anulada por completo. En ese aspecto no me atrevería a decir que El planeta de los simios: Confrontación va en dirección contraria al resto del cine de Hollywood –o lo que aun llamamos cine de Hollywood- sino más bien que se trata de un ejemplo de excelente cine industrial. Nada más, nada menos.