En 1968 la Fox se topó con una enorme mina de oro al adaptar al cine la novela de Pierre Boulle El Planeta de los Simios. El filme se transformó en un clásico instantáneo y llenó a rabiar los cines de todo el mundo, razón por la cual el estudio disparó toda una serie de secuelas. Considerando que el material original de Boulle sólo daba para una película (la primera), resulta asombroso ver el enorme ingenio del que hicieron gala los libretistas que pasaron por el proyecto, los cuales expandieron y enriquecieron la idea hasta niveles insospechados.
El Planeta de los Simios fue la gran saga de la ciencia ficción en la era pre Star Wars (5 peliculas, dos series para TV, toneladas de merchandising) y, cuando en Hollywood se pusieron de moda las secuelas, precuelas y remakes, la Fox comenzó a romperse la cabeza para ver cómo resucitaba esta vieja y rentable franquicia. El primer intento fue una remake / reimaginación del filme original a cargo de Tim Burton, el cual fracasó estrepitosamente en el 2001. Ahora pasaron 10 años y decidieron arriesgarse con esta nueva entrega, a la que se la podría catalogar como "precuela alternativa" - una historia de origen distinta a la que uno conoce si ha visto toda la saga 1968 - 1973 - . Lo que ocurre en El Planeta de los Simios: (R)Evolución podría funcionar perfectamente como una precuela del filme de 1968, y toma algunos elementos prestados de La Conquista del Planeta de los Simios.
Para ser una película a la cual uno llega con expectativas negativas El Origen del Planeta de los Simios resulta sorprendente, en especial por la calidad de la dirección y la inteligencia del libreto. No es que cuente cosas demasiado innovadoras para los seguidores de la saga, pero al menos las relata en otro contexto y lo hace con destreza. En la saga original los simios parlantes eran fruto de un bucle en el tiempo - la pareja de monos inteligentes Cornelius y Zira viajaban del futuro al presente y, al dejar en la época actual a su hijo, daban a luz a una nueva raza de primates que terminaba por hacerse con el control del planeta -; pero aquí son el producto de manipulación genética llevada a cabo con el propósito de curar el mal de Alzheimer. Y dichos experimentos son llevados a cabo por James Franco, cuyo personaje está obsesionado con detener la enfermedad que lentamente está destruyendo a su padre (John Lithgow, en una perfomance emocionante). El tema es que la cura produce dos secuelas impensadas: primero, los primates se vuelven asombrosamente inteligentes; segundo, su sangre se ha convertido en una especie de toxina letal para los humanos. He allí la nueva simiente para la posible extinción de la humanidad que aporta este libreto - en vez de la guerra nuclear, que era algo más propio de la década del setenta -.
Lo que sigue se centra en la evolución de Cesar, un bebé chimpancé que James Franco rescata de su laboratorio para llevárselo a vivir a su casa. Y aunque todos hablan maravillas de los efectos especiales, los simios CGI del filme nunca se ven reales aunque son enormemente expresivos. Por suerte la perfomance de Andy Serkis es tan magnética que uno termina perdonando la desprolijidad de los CGI. Cada vez que Serkis está en pantalla, uno puede percibir cuándo Cesar está elaborando un plan, midiendo a una persona o evaluando una situación. Gracias a Dios, ésta versión de Cesar es tan inteligente y carismática que puede cargar él solito sobre sus hombros el peso de todo el filme.
En realidad los problemas de El Planeta de los Simios: (R)Evolución pasan por el lado de los humanos. Hay una intensa historia de fondo para la causa de James Franco - pelear por la enfermedad de su padre; recuperar a Cesar -, pero a partir de un momento determinado el libreto empieza a hacer algunos pequeños cortocircuitos y los motivos se diluyen. A su vez lo que nunca termina de quedar claro son los motivos por los cuales Cesar decide quedarse en el cautiverio y armar su propia causa simia. Mientras que en otras películas de la saga era el abuso de los simios por parte de toda la humanidad, aquí todo eso estaría representado por un solo personaje - el despótico guardian que interpreta Tom "Draco Malfoy" Felton -, lo cual parece desproporcionado. También hay algunos pequeños agujeros de lógica en la evolución de Cesar y sus compañeros de cautiverio. Por suerte esto se compensa con intensas escenas de acción, como la descomunal batalla campal entre humanos y simios que se libra sobre el puente Golden Gate en el final de la película.
Para ser un reboot sin expectativas, El Origen del Planeta de los Simios es una gran película. Deja una gran cantidad de cabos sueltos para futuras secuelas - hay una alusión a la misión Icarus, desaparecida en el espacio y que sería la cápsula en donde viajaba Charlton Heston en 1968; también está la posible pandemia provocada por la sangre tóxica que derraman los simios mutantes; y puede haber una misión de venganza a llevar a cabo por el personaje de Brian Cox -, y se percibe inteligente e intensa todo el tiempo. Para los fans de la saga original, les parecerá una entrega respetuosa e ingeniosa; y para quienes desconocen el contenido de la serie, es una buena aproximación a un universo que, en su momento, tuviera un desarrollo fascinante. En cualquiera de los casos es un producto que merece nuestra más calida recomendación.