Acostumbrados y casi siempre decepcionados por tantas remakes y nuevos capítulos de películas comercialmente exitosas he aquí una sorpresa mayúscula para la que cabe una única sugerencia: verla.
“El planeta de los simios: (R)evolución” es presentada por algunos como una precuela, calificación que se estima la desmerece, ya que se trata de un enfoque y estética completamente diferentes de las seis anteriores filmadas sobre el tema.
Nacida en 1968 de la mano del director ya fallecido Franklin J. Schaffner (“Patton”), tuvo a inicios de la década del ’70 y en forma desenfrenada cuatro secuelas, a raíz de una por año. La quinta en 1973 pareció señalar que el tema de los “simios” se había agotado y hubo que esperar casi 30 años hasta que Tim Burton dirigiera una lamentable remake de la primera de la serie.
Ahora, diez años después del fallido experimento del director de “El joven manos de tijera”, nos llega de la mano de Rupert Wyatt, un ignoto (pero talentoso) director inglés, una obra distinta y plena de aciertos.
James Franco es Will Rodman, un científico que experimenta en una gran empresa bioquímica con simios en búsqueda de medicamentos, uno de los cuales parece tener poderes curativos del mal de Alzheimer, del que padece su padre (John Lithgow). El jefe de Will no está convencido de la eficacia de la nueva droga y decide suspender el experimento, pero no puede evitar que su segundo rescate y se lleve furtivamente a su casa a un pequeño chimpancé, que bautiza con el nombre de Cesar.
La presencia de César no pasará desapercibida en el vecindario, la acción transcurre en San Francisco, y terminará con el mono en una especie de perrera (“monera” suena raro) donde le tocará convivir con otros simios. Un joven guardia, interpretado por Ton Felton (Draco en “Harry Potter”) maltrata a los animales mientras que su jefe (Brian Cox) poco hace para evitar que los rocíen con chorros de agua o los alimenten deficientemente.
Los simios lograrán liberarse y armarán una infernal batahola contra las fuerzas del orden en pleno Golden Gate. Ni la policía montada ni inclusive los helicópteros lograrán poner inmediato freno a la rebelión. Entre las escenas maravillosamente montadas habrá una en que entre monos, gorilas y orangutanes frenen a los policías desplazando un ómnibus tumbado en el puente. Por la estructura de metal del mismo se verá ágilmente moverse a los primates y hacia el final, en una escena en el medio de un bosque de sequoias, se producirá el esperado reencuentro entre Cesar y Will.
César es interpretado por Andy Serkis, un especialista a quien pude recordarse como Gollum en “El señor de los anillos”, mediante el uso de la técnica conocida como “motion capture” (captura de movimiento). El personaje femenino central tiene en Freida Pinto a un buen exponente, entre cuyos antecedentes se cuentan su debut en “Slumdog Milionaire” (“¿Quién quiere ser millonario?”) y posterior actuación en “Conocerás al hombre de tus sueños”.
La perfecta combinación del gran espectáculo con un planteo moral sobre la legitimidad del uso y maltrato de animales en experimentos por parte de los humanos, hacen de “El planeta de los simios: (R)evolución” una obra sumamente recomendable.