Son muchos más que ocho los monos...
El relanzamiento cinematográfico del Planeta de los Simios comenzó hace un par de años con una muy buena película, que supo introducir la historia con una sólida y verosímil narración que estallaba en los últimos 30 minutos. Dawn of the Planet of the Apes es la continuación natural de aquel relato, y si bien es diferente en cuanto al ritmo y al estilo narrativo de la primera, es también una gran propuesta de ciencia ficción.
Esta segunda parte recoge la posta y prosigue el camino marcado por su predecesora. Dawn of the Planet of the Apes no tiene la contundencia y complejidad argumental que tuvo el comienzo de la saga, pero se adapta al curso de la trama. Las cosas, en un mundo pos-apocalíptico en el cual los simios se han rebelado, están más acaloradas, y las necesidades de los protagonistas son mucho más básicas. Por tal motivo, esta secuela es esencialmente una película más enfocada en la acción que en el guion. Esto no quiere decir que lo narrativo esté descuidado ni mucho menos, si de hecho, la historia es simple pero está muy bien presentada, al igual que los personajes. Pero sin lugar a dudas, es una propuesta con mucho más para mostrar que para contar; y lo muestra muy bien.
Dawn of the Planet of the Apes es visualmente impactante. Matt Reeves ya había demostrado su talento detrás de las cámaras en Cloverfield y Let Me in, y aquí vuelve a ratificarlo. Los planos, las secuencias y la edición son geniales, lo que no es sencillo en un proyecto de esta naturaleza, en que gran parte de los protagonistas son generados por computadora. Los efectos, por otro lado, están muy bien logrados, sobre todo en lo que se refiere a la expresividad de los simios.
La secuela de la nueva saga del Planeta de los Simios no decepciona, y sin ir más lejos, sorprende en lo técnico. Es una película intensa, enfocada la acción, pero que no descuida lo argumental. Distinta a su precursora, pero igual de buena.