Un inteligente y entretenido film que se suma a la famosa saga
Puede que las expectativas fueran demasiado bajas y los prejuicios demasiado altos, pero en un principio el agregado de un nuevo capítulo a la saga de El planeta de los simios no parecía una buena idea. Y encima era una precuela en la que se intentaría explicar los eventos sucedidos en los desiguales y muchas veces confusos films anteriores. La película tenía todas las de perder y, sin embargo, gana gracias a un guión preciso, que trata temas profundos -sobre el futuro de la ciencia y los abusos cometidos por el hombre en busca de ganancias-, sin perder de vista su misión de entretener. Pero que, a diferencia de muchos de los tanques hollywoodenses de esta temporada, no compromete la coherencia y la lógica del relato para hacerlo.
Todo comienza en la selva africana, donde un grupo de cazadores furtivos captura a unos chimpancés que terminarán encerrados en un laboratorio donde se los utilizará para probar un medicamento que podría curar el mal de Alzheimer. En esa búsqueda está el doctor Will Rodman (James Franco), que más allá de sus ambiciones profesionales necesita que el experimento funcione para poder curar a su padre, que sufre la enfermedad. Interpretado por John Lithgow, ese padre que es consciente de su deterioro progresivo es el centro emocional del relato. Hasta que aparece César, un chimpancé nacido en el centro de investigaciones que Will rescata sin convencimiento. Pero todo cambia cuando el científico descubre que la vacuna que inventó afectó el desarrollo cerebral del mono hasta volverlo extremadamente inteligente. Para interpretar esa inteligencia, instinto y sensibilidad animal, el director Rupert Wyatt decidió recurrir a la técnica de captación digital de movimiento y al actor más experimentado en esta innovación cinematográfica: Andy Serkis. El actor británico que fue Gollum en El señor de los anillos yKing Kongahora interpreta al chimpancé que comienza una revolución frente al abuso de los humanos. Sin recurrir a golpes bajos, Wyatt logra transferir el protagonismo de la historia al personaje creado por Serkis y hasta se anima a sostener la resolución del relato con unas cuantas escenas encabezadas por César y su ejército de primates. Tal vez a la hora de establecer las -malas- intenciones de sus villanos es cuando el film transita por caminos más obvios aunque talentosos intérpretes como Brian Cox, David Oyelowo y Tom Felton (sí, Draco Malfoy de Harry Potter ) logran sostenerlos. Aunque toma como punto de partida la mitología creada por los films anteriores (por ahí aparece una imagen de Charlton Heston y su famosa frase antisimio), El p laneta de los simios: (R)Evolución se sostiene sobre sus propios pies o patas.