Vestida para matar
Lo primero que se debería aclarar es que el título original de esta producción australiana es “The Dressmaker”, cuya traducción un poco más apropiada sería “La modista”, bastante más cercano al esbozo del relato.
Situación que planteado desde el titulo vernáculo iría en contra de las intenciones y apetencias de sus distribuidores locales, ya que muy posiblemente deje afuera de circulación a más de un espectador del sexo masculino.
Realización de difícil encuadramiento ya que estamos frente a unos increíbles entrecruzamientos de géneros, y vale aclarar que no es una mezcla de los mismos, lo cual hace de éste ejemplar una “rara avis”.
Se podría visualizar como un western, por el espacio donde transcurren las acciones, un filme noir, o comedia negra, por el relato en si mismo, de venganza por como circula la narración, un grotesco por la descripción y las acciones de algunos de sus personajes, un texto sobre la redención y la culpa constituida desde el drama, o una investigación sobre lo profundo de los recuerdos olvidados en la mente de una niña. Todo esto está en juego, y aún más.
Posiblemente a primera vista y escudriñamiento podría decirse que todo se sostiene a partir de la excelsa actuación de sus protagonistas y el extraordinario diseño de vestuario, pero estaríamos cometiendo una grave injusticia.
De hecho, y yendo a los primeros fotogramas, de gran belleza plástica, y de igual difícil definición que todo el resto, vemos desde una increíble cámara cenital, esto es desde arriba y de manera perpendicular al objeto en cuadro, un inmenso panel de tela, una banda textil que se va cerrando con el paso del cursor, tal como sucede con una cremallera, para segundos después aclarar bien la imagen y ver un bus circulando por un camino en medio de una gran planicie casi desértica.
Efectivamente, al finalizar el filme puede leerse como que el motor principal de la motivación personal del personaje era cerrar las heridas del pasado.
La historia se centra en Myrtle “Tilly” Dunnage (Kate Winslet). El año en cuestión es 1951. Luego de casi treinta regresa a su pueblito natal, una localidad australiana llamada Dungatar, con el aparente motivo es cuidar de Molly (Judy Davis), su madre, perturbada y enferma, de la que fue separada con sólo diez años de edad debido a ser sospechosa de haber causado la muerte de otro chico.
Tilly retorna hoy siendo una experta modista entrenada en las mejores casas de Barcelona, París, etc. Su imagen contrasta por completo con el lugar, utiliza sus saberes y su imagen para causar revuelo y envidias entre sus antiguas vecinas, quienes quedan fascinadas por el estilo parisino de la protagonista. Ésta decide comenzar a diseñar y crear nuevas prendas para ellas, cada una un modelo, cada una a su manera. Divide y reinaras.
La moda o el diseño de la misma funcionarían sólo como excusa. Cualquier elemento que atraiga y circule entre el deseo y la envidia serviría como disparador para desarrollar la idea original, pero nos perderíamos de la imagen de “glamour” perfecto de Kate, siempre vestida para otro tipo de ocasión durante toda la narración.
Mientras Tilly intenta establecer lo real de los hechos de su pasado, va modificando la mirada de algunas de las personas bajo la atenta contemplación del indescifrable sargento Farrat (Hugo Weaving), lo que no le impedirá llevar adelante su estrategia. Su primera clienta, su conejillo de indias, es una antigua compañera de la escuela, Gertrude “Trudy” Pratt (Sarah Snook), a quien transforma de patito feo en cisne ante la perplejidad del resto de los habitantes del lugar.
Impasse necesario: En éste personaje posiblemente se halle el único desatino que pueda quebrar el poco ortodoxo verosímil instalado, ya que en aquella época no eran demasiado frecuentes, ni accesibles, las operaciones oculares. Retornando.
Simultáneamente construir una especie de romance con Teddy McSwiney (Liam Hemsworth), el mejor jugador de rugby del pueblo, el héroe local.
Pero nada está dicho de manera definitiva. Secretos y mentiras de un pequeño poblado en medio del desierto australiano. Pueblo chico, infierno grande.
Estructurada de manera clásica, haciendo uso del recurso de flashback para entregar información al espectador, acompañado de una buena banda de sonido, siendo la vedette el ya nombrado diseño de vestuario. Sostenido por las muy buenas actuaciones de todo el elenco, principalmente Hugo Weaving, Judy Davis, Sarah Snook, Liam Hemsworth, y deslumbrando Kate Winslet
Muchos son los tema que se despliegan en éste film escrito y dirigido por la australiana Jocelyn Moorhouse (“Heredarás la tierra”, 1997). pasiones encontradas, drama, tragedia, comedia romántica, humor.
El mejor consejo es sentarse y disfrutar del dislate general.
(*) Dirigida por Brian De Palma, en 1980.