Hace tiempo atrás cuando era adolescente un cliente de la casa de ropa donde trabajaba me dijo “Never subestimate the power of a woman” (Nunca subestimes el poder de una mujer) frase nunca mejor aplicada como para un largo como éste. “The Dressmaker” es un drama, cargado de humor negro y de todos los colores. Qué elenco, qué casting. Desde la adorable y talentosa actriz Kate Winslet hasta el último personaje menor. El guión, la fotografía, el vestuario, la banda sonora, sobre todo la dirección y esa cámara estética. Impecable. Pero tiene una falla narrativa: El tiempo. Cuando entramos en una sala de cine calculamos que estaremos entre 1.20 hs y 2 hs aproximadamente, y aunque suene redundante decirlo, sabemos que ese tiempo dentro del largometraje no es el “real”. El verosímil se construye justamente para poder creer y aceptar todo lo que esta pasando. Y está ligado con esos espacios y silencios audiovisuales que necesita la historia para ser contada. Si ocurre un hecho inesperado, para poder seguir con toda esa carga de emociones, y por la impresionante propuesta de esta producción, el espectador necesita tiempo. No digo que el guión y todo el material filmado daba para 2 películas (lo podrían haber hecho, porque los últimos 25 minutos dan para una secuela) pero pienso que en este caso menos es más. Con dolor hubiera recortado algunas escenas, para darle mayor lugar a otras y dejar que fluya la historia con mayor naturalidad, con ese contundente final. Pueblo chico infierno grande dicen por ahí. Con todo lo dicho, no te pierdas esta gran película. Y nunca subestimes el poder de una mujer.