Fama, descontrol y excesos
“El Potro, lo mejor del amor” es una película nacional que funciona como biopic del cantante cuartetero cordobés Rodrigo Bueno (1973-2000). Está dirigida y co-escrita por Lorena Muñoz, la cual retrató la vida de Miriam Alejandra Bianchi en “Gilda, no me arrepiento de este amor” (2016). Filmada en Buenos Aires y Córdoba, el reparto está compuesto por Rodrigo Romero, Malena Sánchez, Florencia Peña, Daniel Aráoz, Fernán Mirás, Jimena Barón, Diego Cremonesi, entre otros.
Al joven Rodrigo (Rodrigo Romero) lo único que le interesa es la música. Al ser echado del colegio, su padre Eduardo (Daniel Aráoz) se contacta con “El Oso” (Fernán Mirás), hombre que luego se convertirá en manager de Rodrigo y lo hará viajar a Buenos Aires para darse a conocer en diversos boliches y canales de televisión. No obstante la carrera de “El Potro” se detendrá cuando su padre fallezca, lo que lo hará volverse a Córdoba y recluirse con su madre Beatriz (Florencia Peña). Debido a la insistencia de esta última, “El Oso” convencerá a Rodrigo para salir adelante con sus canciones. Aunque el éxito de la gente lo tiene asegurado, el cantante entrará en una vorágine llena de sexo y drogas, por lo que no será un padre presente para Ramiro, el hijo que tuvo con Patricia Pacheco (Malena Sánchez).
Hincha del Club Atlético Belgrano, Rodrigo Bueno es muy reconocido en Argentina por haber expandido el cuarteto, género musical típico de Córdoba, a nivel nacional. Sus canciones son híper conocidas y su personalidad en el escenario se distinguía por una presencia inigualable gracias a su enorme carisma. Difícil sería hallar a una persona que se parezca físicamente a él y que pueda representarlo en esta cinta, sin embargo la directora consiguió al protagonista ideal. Mediante un casting, el albañil de 29 años Rodrigo Romero quedó seleccionado para interpretar a la figura popular y no decepciona: tiene chispa, actitud y una mirada que recuerda mucho a la del Potro.
No obstante, y a pesar de su gran energía, el personaje construido aquí no logra conectar con el espectador debido a las múltiples veces en que toma decisiones erróneas. En vez de centrarse primordialmente en la carrera musical del artista, en “El Potro, lo mejor del amor” veremos el lado más íntimo y oscuro de Rodrigo, una faceta que seguramente sea desconocida para muchos. Gracias a una buena edición, lo único que genera el protagonista es odio, bronca e impotencia por engañar repetidamente a su novia Patricia mientras ella lo vive esperando en Córdoba con el bebé que comparten. Debido a esto, con la única que se logra empatizar es con ella, encarnada por Malena Sánchez, una actriz que crece cada día más en su labor.
Fernán Mirás y Daniel Aráoz se destacan en sus respectivos papeles, pero no sucede lo mismo con Florencia Peña o Jimena Barón. La primera está bastante sobreactuada y Barón tiene pocos momentos en pantalla, en donde se abusa de su buen cuerpo para mostrarla desnuda.
En “El Potro, lo mejor del amor” no da resultado mostrar a Rodrigo llorando para que sintamos lástima por él, como tampoco su accidente genera tristeza por su manera de accionar antes de morir. Aunque los momentos musicales están bien logrados, el filme termina dejando una sensación rara que no deja satisfecho al espectador.