Pilar es una joven que lucha contra la incapacidad de sentir, consecuencia de su autismo. Tiene 26 años, vive con sus padres –Franco y Estela-y su único hermano menor: Alejo, de 13. Debido a su discapacidad, la relación entre sus padres comienza a fragmentarse hasta llegar a un nivel de desgaste que los hará tomar una decisión respecto a ella: seguir cuidándola en casa –sabiendo que eso podría desmoronar completamente a la familia- o internarla, solución viable pero no compartida por ambos. En paralelo al conflicto que despierta el hacerse cargo de la situación, sus padres deberán enfrentar el daño irreversible que esto podría ocasionar en Alejo. A modo de dar fin a su lucha, Estela decide acudir a una psiquiatra como última opción, lo cuál provoca una separación en su matrimonio. Mientras tanto, Pilar se refugia en su mundo interno, colmado de imaginación y colores, permaneciendo ajena a la determinación que finalmente deberán tomar sus padres.