En las vísperas del fin del mundo
Con ritmo de thriller, el director debutante J. C. Chandor cuenta los entretelones de una empresa a punto de hacer crac. El extraordinario elenco incluye a Kevin Spacey, Paul Bettany, Jeremy Irons, Demi Moore y Stanley Tucci.
La crisis financiera que se hizo explícita hace poco más de dos años en los Estados Unidos, y que luego se extendió por buena parte del planeta, fue abordada por varias películas recientes. Sólo para citar dos ejemplos, ahí están Wall Street 2: El dinero nunca duerme, en donde el tema se trata de manera colateral porque el núcleo del relato es el legendario Gordon Gekko, y la excelente miniserie Too Big to Fail, que cuenta el gigantesco salvataje de los grandes imperios financieros al que se vio obligado la reserva federal estadounidense.
El precio de la codicia, del debutante J. C. Chandor, centra su mirada en la primera alarma del inminente crac en una empresa de corredores de bolsa, que a su vez es parte de una poderosa corporación. En medio de una de los habituales reestructuraciones –léase despidos masivos–, mientras junta sus cosas antes de abandonar la empresa, Eric Dale (Stanley Tucci) trata de advertir a sus compañeros que un estudio que está por terminar sobre las proyecciones financieras de la empresa demuestra que la crisis es inminente. Sólo Peter Sullivan (Zachary Quinto) toma en cuenta el aviso, hace sus propios cálculos, confirma la hipótesis y comienza a subir la cadena de mandos para que se tomen medidas.
Con ritmo de thriller que aumenta su intensidad a medida que transcurren las horas de una noche que parece eterna, los diferentes directores de área, encargados regionales, y finalmente el presidente de la corporación, se van enterando de lo que va a pasar en el comienzo de las actividades de la mañana siguiente, mientras comienza a tomar forma el plan para desprenderse de las acciones basura y así resguardar a la empresa, sin miramientos por la ola de despidos y las consecuencias sociales que producirán sus decisiones.
Con un elenco extraordinario que incluye a Kevin Spacey, Paul Bettany, Jeremy Irons, Demi Moore, Stanley Tucci y Simon Baker, cada uno encarnando a personajes bien delineados y llenos de matices, el film muestra la cínica voracidad empresaria, la lógica implacable que traslada las culpas de la timba financiera a los millones de infelices que sostienen al sistema, consumiendo más allá de sus ingresos y sumando hipotecas que no pueden afrontar.
Transcurridas las casi dos horas de relato, el mayor mérito de El precio de la codicia es mostrar el complejo mundo financiero con diálogos inteligentes y una tensión siempre en aumento, pero sobre todo, trazar un perfil humano de los protagonistas aun cuando esos rasgos incluyan la codicia, la crueldad y el salvajismo disfrazado de la civilidad que marcan los elegantes trajes a medida.