Nos están envenenando.
El precio de la verdad es una historia basada en hechos reales inspirada en un polémico artículo periodístico. En 2016 el New York Times publicó un reportaje sobre un abogado de Cincinatti que decidió sacar a la luz los peligros de un compuesto químico que llevaba décadas contaminando y envenenando a los habitantes de una zona rural. Una ilegalidad que provocó cáncer a miles de personas y que la empresa química negó hasta el último día. Finalmente, tras El precio de la verdad: Nos están envenenando 3un proceso judicial que llevó más de 10 años, la empresa química fue condenada por delitos contra la salud pública.
Todd Haynes (Carol) y el actor Mark Ruffalo construyen un poderoso relato judicial sobre el poder y presión de las grandes corporaciones industriales. Haynes explica que el sistema está amañado y que los políticos y los grandes medios de presión buscan ocultar la verdad. Nos movemos en un mundo corrupto en el que decir la verdad puede costar muy caro, ya que el gobierno y las grandes empresas tienden a ir siempre en la misma dirección. Tener la verdad no es sinónimo de victoria. Nos encontramos ante una película que funciona bien y cuenta de una manera ágil y dinámica el proceso que llevó al abogado Rob Billot a demandar a la empresa química. Una poderosa corporación que durante décadas estuvo matando a los ciudadanos que entraron en contacto con sus productos. Algo que nos implica a todos, ya que la cinta advierte que el 90% de la población ha estado en contacto con algún producto cancerígeno.
El precio de la verdad funciona bien mientras se limita a ser un thriller corporativo sobre los tejemanejes y mentiras de las grandes empresas. La primera hora de la película no da descanso al espectador y nos propone un interesante juego de ajedrez entre mentiras y verdades. Resulta perturbador ir descubriendo las argucias legales que presentan las grandes empresas para evitar ser sancionadas y condenadas. Además la cinta se encuadra muy bien en el reciente cine ecológico que lucha por defender el medio ambiente y el cambio climático.
Desgraciadamente El precio de la verdad no es todo lo constante y dinámica que el espectador podría esperar. El guion construido por Matthew Carnahan,El precio de la verdad: Nos están envenenando 4 Mario Correa y Nathaniel Rich adolece en su recta final de un excesivo relleno para cumplir con las doras horas de metraje, llenando el argumento de banalidades y de peleas familiares. Todd Haynes quiere contarnos que luchar contra una gran empresa pasa factura a nivel emocional y personal, pero lo hace tirando de tópicos y restándole algo de fuerza al resultado final.
El precio de la verdad es una película muy solvente aunque por debajo de otros trabajos de Haynes como Carol y I´m not there. Es quizás su cinta menos audaz, menos arriesgada, aunque hay que reconocer que Anne Hathaway, Tim Robbins y Bill Pullman dan un estilo maduro y sereno a la historia. Quizás lo más interesante es descubrir cómo las grandes empresas nos están engañando y envenenando. Da bastante miedo.