Todo es historia
Juro que me senté en la butaca deseando que el Príncipe de Persia me gustara, que la aventura me sacara de las butaca y me lanzara junto a los protagonistas a una aventura en el legendario imperio Persa que se extendía desde las estepas rusas hasta el mediterráneo.
Pero nada de eso pasó. El príncipe de Persia es otro fiasco más, otra muestra alarmante de que Hollywwod ya casi no sabe filmar aventuras y de que el crecimiento técnico vino acompañado de una pérdida del sentido del espectáculo y de lo cinematográfico.
No es sólo que los momentos de CGI aplasten a los atores y transforme todo en excesivamente virtual al punto de que al espectador deja de importarle lo que les pasa a los personajes. El déficit está en la falta de ritmo entre momentos espectaculares y no solo eso, las peleas está mal filmadas y llenas de planos detalle que sólo quitan continuidad y hace que el espectador se pierda. En fin, El príncipe de Persia no pasará a la historia, peor aún, ya es historia en cuanto termina su proyección y el público abandona la sala.