Finalmente llegó la aventura épica El Príncipe de Persia, luego del estreno de dos fuertes competidoras dentro de su mismo género como los son Furia de Titanes y Robin Hood.
Siempre al momento de recomendar una película trato de explicar que uno como espectador debe saber lo que va a ver para poder fijar un parámetro y así esperar lo que uno pretende de la obra en cuestión. Si yo voy a ver El Príncipe de Persia y espero ver un guión sólido, excelentes actuaciones dramáticas y una fuerte estructura narrativa, seguramente que saldré totalmente maldiciendo a todos los dioses del olimpo por tamaña decepción. En cambio si voy con las expectativas de asistir a un espectáculo pochoclero de muy buenas escenas de acción, con diálogos medianamente interesantes y una historia entretenida que sirva de conexión para conectar, justamente, esas secuencias de acción, estoy más que seguro que la entrada del cine será pagada con creces.
Jerry Bruckheimer es un exitoso productor que ha recaudado buena parte de sus arcas con la saga Piratas del Caribe y que sabe vender muy bien un producto, de hecho Piratas... es una prueba de eso.
Esta película fue la adaptación del famoso juego que todos conocemos y en ella se pueden ver bastante los saltos y las escenas que tenía que enfrentar el Príncipe Dastan en las Pc de los años 90. Tanto las acrobacias, como las piruetas, saltos y corridas están presentes, quizás demasiado, a lo largo de toda la película.
Las escenas de acción que nombro más arriba están muy bien logradas y se vio un gran laburo de los encargados de ello.
Mike Newell fue el director que hizo un buen trabajo respetando y uniendo de muy buena manera los aspectos fundamentales que nombro arriba.
Jake Gyllenhaal es un gran actor que aquí no terminó de convencerme. Su interpretación de Dastan es llevada a cabo a la perfección en los momentos "felices", pero en cambio no "compré" los momentos en los que la tristeza llegaba a su personaje. O sea, no es que actuó mal pero sinceramente no me cerró la caracterización de su personaje.
En cambio Gemma Aterton realmente esta muy bien, al igual que los consagrados y siempre cumplidores Ben Kingsley y Alfred Molina.
El Príncipe de Persia es una entretenida película dentro del género de aventuras y una muy buena adaptación del videojuego, con esas dos premisas como estandartes creo que puede ser recomendada sin ninguna duda.