Historia ambientada en la década del 30 en los emiratos árabes que gira en torno de un príncipe árabe dividido entre la lealtad a su padre conservador y a su moderno y liberal suegro.
La historia gira en torno a cómo llegó a Arabia a principios del siglo XX la explotación petrolífera, fiebre inicial por el oro negro. Se encuentran dos sultanes en el campo de batalla, rodeados por los cuerpos de sus combatientes, donde resulta ganador Emir Nesib de Hobeika (interpretado por Antonio Banderas), surgen las condiciones de paz a su rival El sultán Amar, de Salmaah (Mark Strong) ellos realizan un acuerdo sobre la propiedad de este perímetro, que sería la franja amarilla llamada la "tierra de nadie".
Según las costumbres del lugar, el rey de Hobeika es quien se lleva a los hijos de Amar, luego de este perder la guerra, ellos son Saleeh (Akin Gazi) y Auda (Tahar Rahim), es la forma de garantizar el tratado.
Pasan algunos años y el hijo mayor del sultán se convierte en un guerrero ávido de escapar del reino de Nesib para volver a la tierra de su padre, en cambio su hermano Auda, el más joven, pasa la mayor parte de su tiempo en la biblioteca, sólo está interesado en los libros y la búsqueda del conocimiento. Pero a la zona no tarda en llegar el capitalismo, con Thurkettle (Corey Johnson), quien descubre en Nesib en esa franja amarilla oro negro, el más preciado “el petróleo”, (esta sería la traducción del film “oro negro”).
Llegan los tiempos de negociar para ello se debe arreglar el matrimonio entre uno de los hijos de Amar el Príncipe Auda (Tahar Rahim) y la bella hija de Nessib la Princesa Leyla (Freida Pinto), pero todo no termina ahí, ahora el Príncipe Auda debe encontrarse con El sultán Amar (su padre)y cuando se produzca dicho encuentro surgirán una seria de conflictos inesperados para Emir Nesib.
El film tiene un romance apasionado (que queda a mitad de camino), aventura y acción, un líder inesperado, traiciones familiares, muchos extras, la escenografía y el vestuario están bien, el film tiene mucho del cineasta Jean-Jacques Annaud (Siete años en el Tibet, La guerra del fuego, El amante, El nombre de la rosa, entre otros), pero su narración queda a mitad de camino. Los diálogos no son atractivos y no llega a sostenerse, resulta larga y un tanto aburrida, con actuaciones deslucidas, un Banderas que no convence en absoluto (parece sacado de una publicidad), y muchos nostálgicos recordarán la obra maestra de la película, “Lawrence de Arabia” (1962) protagonizada por Peter O'Toole y Anthony Quinn.