Una producción ambiciosa que no alcanza
Estreno exhibido en Cannes que salió a lo grande en todo el mundo, llega con el afán de ilustrar en pantalla los dibujos originales y las frases emblemáticas de la obra. Gusto a poco.
El principito (Le petit prince) es una novela corta publicada en 1943 y escrita por Antoine de Saint-Exupéry, autor y aviador francés. Uno de los libros más populares y queridos del siglo XX, uno de los íconos de la literatura infantil de todos los tiempos. Llevarla al cine, con su minimalismo, su poesía y sus inolvidables acuarelas realizadas por el propio Saint-Exupéry siempre ha sido un problema complicado. Llevar de forma leal el libro a la pantalla sería un acto casi suicida, porque las metáforas e ideas de la obra no pueden pasar sin adaptación a la pantalla. Pero a la vez, es justamente su pureza lo que lo ha vuelto inmortal. La decisión para esta nueva versión es que la línea principal del film sea una niña a la que le cuentan la historia de El principito. Claro que no lo hace cualquiera, sino el aviador, ya anciano quien, a través de su relato, es posible que salve a la pequeña de una vida adulta y sin imaginación. Es que la pequeña está recibiendo una educación y una planificación de vida exigente, absurdamente planificada y carente de cualquier espacio para la creatividad. Será justamente el relato de la historia de El principito lo que pueda abrirle una ventana para escapar de ese mundo gris y mantenerla en la pureza simple de la infancia. La producción de la película es sin duda ambiciosa y el film no solo ha salido a lo grande en todo el mundo sino que también ha sido exhibida en el último festival de Cannes. Pero debe quedar claro que lo que vemos acá no es El principito sino otra historia, que incluye al libro. Por un lado, todo lo que sea el relato de los personajes de Saint-Exupéry, ha sido construido con el afán de respetar al máximo los dibujos originales y las frases más famosas de la obra. Por el otro lado, e intentando no quedarse lejos del gusto cinematográfico actual, las escenas de la niña, la madre y el aviador, están enfocadas más en buscar un estilo cercano o que evoque a Pixar Animation Studios. El resultado es un híbrido con gusto a poco, una rara mezcla que no logra producir lo que el libro produce ni tampoco convertirse en uno de esos sofisticados y entretenidos films de Pixar. No se puede conformar a todos ni cubrir todos los terrenos. A esta nueva versión de El principito no le falta belleza o delicadeza, pero se le nota el esfuerzo por conformar a dos amos.