El patio trasero de Disneyworld es un desolador paraje donde sobresale la marginalidad, una dura realidad social que contrasta con la felicidad banal y leve del mundo mágico de Mickey. Así al menos lo refleja "Proyecto Florida", donde el director Sean Baker ("Tangerine") intenta poner todo el tiempo su cámara y su mirada a la altura de la incontrolable Moonee y sus amiguitos del motel de mala muerte, una especie de colorido Fonavi estadounidense. La pequeña Moonee (una increíble Brooklynn Prince) es la gran estrella del filme, una niña de 6 años tan traviesa como inteligente, apenas consciente de la realidad que la rodea. En esta dura aventura que es nada más y nada menos que cómo sobrevivir día a día, Moonee está acompañada por su madre veinteañera (Bria Vinaite), una compañera fiel pero madre desastrosa, que de la mano de la pequeña comparten un permanente escape hacia adelante, es decir, hacia ningún lado preciso. Bria -como la totalidad del elenco, salvo Willem Dafoe- hace su debut frente a las cámaras. Dafoe también está estupendo, esta vez en un rol bien terrenal, el administrador del motel, una especie de ángel guardián de los desamparados y revoltosos niños de la comunidad. Una película de excepción, donde Baker a toda esta miseria y de vida al borde la pinta de colores pastel que amortiguan el puñetazo en el estómago y transmiten así la alegría inconsciente de los niños del descascarado Magic Castle.