The Florida Proyect es una de esas películas que se quedó afuera de la carrera de los Oscars pero que tranquilamente podría haber estado entre las nominadas. Así lo estuvo para otros premios.
Es un film chico, sin mayores ambiciones, pero muy sólido y entrador.
Su principal y gran valor es su joven protagonista. Una joven llamada Brooklyn Prince (su personaje se llama Moonee), que junto con otros niños actores hace un laburo formidable.
La relación que tiene con su mamá perturba. Gran trabajo de la debutante Bria Vinaite, como una joven que no tiene vocación de madre, y donde predominan las drogas, el alcohol y el sexo (a veces por dinero), pero aun así el amor hacia su hija se ve auténtico.
La cara conocida aquí es la de Willem Dafoe, quien si estuvo nominado como mejor actor de reparto.
Su rol es un poco como padre sustituto no solo de los chicos sino de todos los que habitan ahí. Es un hombre abatido, pero que le da ciertos toques livianos (que no llegan a ser comedia) al film.
El director Sean Baker, quien viene de hacer la genial Tangerine (2015), nos sumerge en un mundo de clase baja norteamericano que no estamos tan acostumbrados a ver como espectadores.
Orlado (dentro del Estado de Florida) es un gran catalizador (y un personaje más) para todo lo que ocurre.
La vida en un hotel de poca monta, la cercanía a los grandes resorts y, por supuesto, Disney a la vuelta de la esquina como una utopía.
Sin mayores despliegues técnicos, y con lo justo y necesario para una narrativa que fluye muy bien, El proyecto Florida da testimonio del buen cine indie que logra colarse en el mainstream.