Existe un Disney que no se conoce, uno en el que hay marginalidad, sueños rotos e infancia en riesgo, pero quedarse con eso es minimizar la grandeza de The Florida Project. Existe en Orlando, como también está presente en tantos lugares de Estados Unidos y el resto del mundo. Sean Baker quiere hablar sobre una problemática a la que se refiere como “indigencia oculta”, y con notable precisión sitúa su historia en las cercanías del famoso complejo. A pasos de este idílico mundo de fantasía, repleto de hoteles de primer nivel y parques temáticos, lo que hace que la historia de Moonee y Halley resulte tan demoledora.