Sean Baker se ganó el Oscar de mi corazón, es un director moderno, sensible e inquieto y filma una pequeña película mágica y arrolladora. The Florida Proyect, su segunda película – su opera prima Tangerine es genial- es un cuadro colorido sobre la vida de los Whithetrash en Orlando a metro de DisneyWord. La alegórica y colorida ciudad de los niños es usada simbólicamente para explorar y visualizar los alrededores sitiados de moteles en donde viven familias enteras, agolpadas, muchos de ellos dreamers.
Baker, se mete en la teluria del barrio, y crea una historia sensible y poderosa, donde las protagonistas absolutas son Halley (Bria Vinaite), la madre y su pequeña hija Moonee (Brooklyn Prince). Las dos logran recrear un vínculo emotivo y compinche. Halley es madre, joven e irreverente – rebeldía propia de la juventud- y cría en soledad a esta pequeña de 8 años, pícara, traviesa y profundamente inteligente.
Los diálogos entre madre e hijas son de una frescura y gracia que uno siente el amor filial y se involucra con esta dupla. Halley es una rockera hermosa, con su estilo chica de europa del este, con tatuajes inmensos, es una buscavidas que hace lo que sea para mantener a su hija y esto es interesante, porque Baker que tiene una cabeza gigante, toca temas sensibles como la prostitución o el abandono pero nunca cae en la descalificación, el director es feminista y hace que estas dos niñas – a la larga Halley, la mamá también lo es- logren enamorarnos y apoyarlas en todo. Estamos de su lado.
El director toma su cámara y en un acto que parecería dotado de improvisación, sigue a Moonee con sus amigos recorrer la siesta eterna de una ciudad artificialmente colorida y calurosa, una espacio lleno de donas, de helados y de colores rosas intensos en donde la pequeña corre, grita, juega y se tira en ese cielo americano junto con su banda preciados de compinches Dicky y Jancey. The PRoyect Florida es un viaje lúdico por la infancia y por la vida de vecindario en donde los chismes, los dimes y diretes y las alianzas se vuelve parte del folklore. Y en el medio de esas mujeres, está Bobby (William Dafoe) el portero del condominio Magic Castle, quien con su parsimonia y su paciencia se convierte en el gran pacificador de la película, el que lleva la cordura a esos aires conventilleros y es el alma mater protector de los vecinos.
Hay una secuencia de que sirve de modelo de esto: Bobby para en seco a un pedófilo que comienza a hablar con los niños, lo acompaña a retirararse y con su amabilidad le juega una pasada que lo posiciona como el héroe de la película. Baker toma lo mejor de estos actores: El fuck you con el dedo meñique de una Mooanee enojada, la juntada del grupo de niños en una heladería del barrio, la fantasía por correr de la mano por Disneylandia. Hasta ahora me animo y me juego, The Florida Proyect es la película del año. Valoración: Excelente