La inmigración con acento escandinavo
La nueva película del director finlandés Aki Kaurismäki fue mominada y resultó ganadora de varios premios internacionales, entre ellos el Premio FIPRESCI en el Festival de Cannes 2011. El film aborda un tema complejo y duro como es la inmigración africana en Europa, pero su mirada se detiene en la belleza de la condición humana.
Le Havre significaba, antiguamente, "El puerto", un pintoresco lugar del noroeste de Francia, en el departamento de Sena Marítimo. Esta ciudad se llamó, en un principio, Franciscopolis en homenaje a Francisco I y en 2005 la Unesco inscribió el Centro reconstruido de El Havre en el Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Con este marco único, Kaurismäki se digna a recrear una pequeña historia, centrando la mirada en Marcel Marx, un escritor bohemio que se exilia voluntariamente en la ciudad y se convierte en un lustrabotas. Su metódica y rutinaria vida se ve afectada con la llegada de un niño del África, que es buscado por la policía del lugar como si fuera un peligroso asesino.
Queda clara la intención del realizador, que coloca el acento en las miradas melancólicas, en los detalles del costumbrismo de la región, en los bares como Au Retour de la Mer y en los sólidos personajes.
El puerto es un film pausado y se disfruta, lentamente, como un buen vino, con una baguette recién horneada y un Carlos Gardel de fondo.