Llamada perdida
Que John Cusack es hoy por hoy un actor a la baja queda claro después de una retahíla de títulos olvidables, con los que nos lleva obsequiando desde hace unos años. Secuestrada; Dragon Blade; Jacuzzi al pasado 2; The Prince o Fuga al límite son tan sólo algunos de los engendros a los que algunos llaman película, que han contado con la participación de un intérprete que desde luego conoció tiempos mejores. En el 2016 tampoco es que le estén yendo mejor las cosas, con un pequeño papel en Chi-raq a las órdenes de un director como Spike Lee, quien tampoco está precisamente en su mejor forma. El pulso, film que ahora nos ocupa no es la excepción a la regla.