El pulso: la llamada del apocalipsis

Crítica de Franco Luca Rosselli - Alta Peli

El Pulso (o Cell en su idioma original) es la más reciente adaptación de una obra de Stephen King a la pantalla grande. Esta nos cuenta la historia de Clay Riddell (John Cusack), un novelista gráfico que -de casualidad- logra sobrevivir al misterioso ataque de una señal telefónica que convierte a todo el que tenga su oreja sobre el auricular del celular en una especie de zombie frenético. A este terrible escenario apocaliptico de muerte y locura se le suma el inconveniente hecho de que Clay se encuentra lejos de su hijo, lo cual despierta en el una desesperada incertidumbre sobre su suerte y lo lleva a emprender un peligroso viaje para encontrarlo. Sin embargo, no estará solo en esta travesía; un carismático maquinista de subte, llamado Tom (Samuel L Jackson), lo acompañara fielmente desde el principio.
Si bien casi no existe adaptación literaria que no de lugar a comentarios tales como “El libro es mejor”, “dejaron muchas cosas afuera” o “el director y el guionista parecen haber leído otro libro, o no lo leyeron y merecen morir”; cuando se trata de llevar a la pantalla grande el trabajo de un autor tan importante, adorado y complejo como Stephen King, estas cuestiones se potencian. A pesar de esto, King es uno de los novelistas que cuenta con la mayor cantidad de adaptaciones cinematográficas; lo cual brinda un amplio abanico de calidad que va desde la excelencia hasta la mediocridad.

Teniendo esto en cuenta, creo que es conveniente dejar en claro que, en mi opinión, discutir si un libro es mejor que su adaptación (o viceversa) no tiene ningún tipo de sentido. El cine y la literatura, si bien tienen cosas en común, son lenguajes sumamente diferentes; tan así que muchos de los recursos y técnicas literarias son imposibles de traducir al lenguaje cinematográfico. Cada uno de ellos nos conmueve de distinta manera. Muy difícilmente una adaptación pueda satisfacer nuestras expectativas (sobre todo si esperamos ver la película que armamos en nuestra mente mientras leíamos el material original), dado que es una versión particular de las millones que pueden existir. Es así que, para llevar adelante este humilde reseña, solo tendré en cuenta la experiencia de la película, dejando de lado la fidelidad que mantiene con la novela.

Apocalipsis Clase B:
Si hay algo que se le debe reconocer a El Pulso es que no se anda con vueltas. Inmediatamente después de un breve montaje que nos sitúa en tiempo y espacio (ademas de introducir los créditos iniciales de forma un tanto incómoda para la vista, por cierto), se desata toda la hecatombe zombie. A los diez minutos del metraje ya tenemos el conflicto y a casi todos los protagonistas presentados. Ahora bien, siguiendo el estilo de la película, voy a ir directo al hueso. Me atrevo a decir que este frenético y sangrientamente entretenido inicio es lo único digno de algún tipo de reconocimiento. Si un rayito de esperanza había logrado colarse en tu corazón después de la secuencia inicial, el posterior desarrollo de la trama se encarga de destruirlo o, como mínimo, reducirlo.

El guion, a cargo de Adam Alleca y del propio Stephen King, es sumamente confuso. Esto da cuenta de la dificultad que implica adaptar el universo de este enorme escritor al cine, hasta para el mismo. Nada queda claro, todo esta desarrollado por la mitad; quizás quien conozca la historia de antemano pueda sentirse mas orientado, pero para quien la encara sin información previa, la confusión esta asegurada. Mas allá de esto, el guion, en términos generales, falla en ofrecer respuestas básicas y necesarias para dotar de coherencia el relato y hacerlo comprensible al espectador.

La dirección de Tod Williams (Actividad Paranormal 2) no ayuda a remontar lo volcado en el papel. En ningún momento logra construir un clima opresivo, generar suspenso o asustar, lo cual es reprochable al tratarse de una película de terror. El trabajo de cámara es por momentos bastante desprolijo y pobre; y la edición entorpece aun más el ritmo de la narración.

El elenco, encabezado por los ya mencionados Cusack y Jackson, se completa por los también talentosos Isabelle Fuhrman (La huerfana) y Owen Teague (Bloodline): a pesar del flojísimo guion, logran entregar actuaciones decentes.

Conclusión:
El pulso, a pesar de contar con una premisa rica e interesante, no logra construir un relato audiovisual coherente. Sin embargo, puede llegar a ser disfrutada por aquellos fervientes amantes del genero, siempre y cuando no esperen encontrarse con algo trascendental. Lamentablemente para los fanáticos, esta es una muestra más de que las peores películas basadas en trabajos de King, son aquellas que él mismo se encarga de adaptar.