Hay algo muy curioso que sucede casi siempre con Stephen King: es mucho más placentero y valioso leerlo que ver las adaptaciones cinematográficas o televisivas de sus trabajos. Esto no sucede con todos los autores, pero con King es más que reiterativo. Fueron pocas las películas que lograron captar la identidad de sus novelas y lamentablemente “Cell” no entra en ese minúsculo grupo.