El derecho de luchar
En El puto inolvidable. Vida de Carlos Jáuregui (2016), debut en el documental de Lucas Santa Ana, se toma la figura del activista por los derechos gays para contar tanto su historia como la del movimiento.
La historia de Carlos Jáuregui es de por si cinematográfica y era casi una obviedad que tarde o temprano el cine se iba a ocupar de ella. Activista gay, fue el gran impulsor en los cambios legislativos otorgando derechos que hace 40 años atrás eran impensables. Que hoy se hable de matrimonio igualitario, familias homoparentales, identidad de género, y un sinfín de temas más, es gracias a una lucha que comenzó en los albores de la democracia y que atravesó los más variopintos gobiernos. Si la adquisición de derechos es una decisión política, detrás de esa decisión hay una lucha y de la que Carlos Jáuregui es sin duda la figura central, aun trascendiendo su propia vida.
Lucas Santa Ana reconstruye ese batalla a través de la figura de Gustavo Pecoraro, amigo de Carlos, quien funciona como una especie de guía hacia los puntos claves de la historia. Lo hace buscando a quienes lo conocieron, fueron cercanos, compartieron la lucha o simplemente una charla. La trama se complementa con un nutrido material de archivo que atraviesa casi un cuarto de siglo de la historia del país en materia de derechos LGBTI, pero todo de manera orgánica, sin que resulte forzado, abriendo el relato a otros luchadores de la causa. La narración fluye de manera natural logrando que la historia atrape más allá de su valor sociopolítico y de nicho.
El puto inolvidable. Vida de Carlos Jáuregui es un documental necesario, no solo para conocer la figura de un icono que en tiempos difíciles se plantó frente a gobiernos, políticos, jueces, periodistas y una sociedad que era parte de un sistema arcaico y patriarcal logrando derechos que hoy parecen naturales, sino también para entender que pese a que en épocas donde los derechos adquiridos tienden a desaparecer si existe la lucha colectiva se puede hacer algo que lo revierta.