Luego de un arranque actoral con Daniel Burman en Esperando al Mesías y con Marco Bechis en Garage Olimpo, componiendo de manera eficaz dos personajes disímiles, parecía que la carrera de Enrique Piñeyro iba a fluir tranquilamente por ese sendero, pero este inconformista ex piloto de aviación buscó sin demoras otros caminos de expresión y se abocó a la realización cinematográfica, lo que derivó en la excelente Whisky Romeo Zulu. Pero esa dirección ficcionada tampoco pareció conformarlo, y a partir de ese momento todos sus films fueron documentales: Fuerza Aérea Sociedad Anónima, Bye Bye Life y ahora su mejor y más arriesgado trabajo, El Rati Horror Show. A través de la controvertida historia de Fernando Ariel Carrera, un hombre común condenado de manera deliberada a treinta años de cárcel sin pruebas concluyentes en su contra -o mejor dicho, con evidencias plantadas-, Piñeyro establece una verdadera proeza en el campo del film de investigación político-social. Con su presencia y relato en primer plano, el director va eslabonando una turbia cadena de manipulación en la causa judicial condenatoria, hasta arribar al encubrimiento de un caso de gatillo fácil. Con impecables y variados recursos técnicos y expresivos, Piñeyro logra conmocionar, estremecer y atrapar con un documental dotado de ritmo sostenido y tensión constante y creciente.